Un documental para “sentarse a charlar” con Almudena Grandes, novedad en Málaga

El poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, viudo de la escritora Almudena Grandes, durante un homenaje a la desaparecida escritora. EFE/ Sergio Pérez

Ángel Alonso Giménez

Málaga, 17 mar (EFE).- Todo lo que era Almudena Grandes vuelve a ser. Un documental lo ha logrado. Se titula ‘Almudena’, se ha presentado en el Festival de Málaga y es una invitación a “sentarse a charlar” con una mujer alegre, amante de la cocina, del Atleti, y sobre todo, escritora.

Son palabras de la guionista y directora del documental, Azucena Rodríguez, amiga íntima de la novelista, fallecida en 2021. Reconoce a EFE en Málaga, antes de la proyección del documental dentro de la programación del festival de cine, que lo ha pasado mal haciéndolo.

“La proximidad que tenía con Almudena lo hizo difícil. Era mi mejor amiga. He hecho el duelo viendo imágenes de ella ocho horas al día, y no podía soportar que me olvidaba de lo que había pasado y luego tomaba conciencia de que no estaba”, confiesa.

Escritora concienzuda y comprometida

‘Almudena’, que se estrenará en cines el 16 de mayo, nació como celebración. “Lo empecé cuando estaba sana, tenía otra idea, pero nos pasaron por encima la pandemia, la enfermedad y la muerte y mi estado anímico se volvió vulnerable y difícil. Tuve que convivir con la rabia. No pude rodar con ella, salvo un día”, rememora.

La idea era descubrir el proceso de construcción de su escritura, contado por ella. Era compartir numerosas vivencias divertidas, contadas por ella. Al final, ella no cuenta (casi) nada a la cámara, pero está.

Porque Rodríguez recurre a entrevistas y conferencias en las que Almudena Grandes elogia sus primeros gustos literarios (Stevenson, Verne), se enorgullece de la influencia de la Penélope de Homero u homenajea la historia con mayúsculas de las gentes corrientes.

Recurre también a tres personas fundamentales para la autora de ‘Las edades de Lulú’: su pareja, el poeta Luis García Montero; su hijo Mauro y su hija Elisa. Los tres sí hablan a la cámara.

El mosaico de testimonios retratan a una escritora concienzuda y comprometida, con vértigo tras el exitazo de ‘Las edades de Lulú’; con compromiso firme con la ciudadanía anónima cuya historia ha construido España; con amor, en definitiva, a su vocación.

“También quería mostrar su peso en la literatura de España y en la de fuera de España (…) Era brutal su proceso creativo”, puntualiza.

Dolor y soledad de Luis García Montero

No hay en el documental expertos literarios haciendo exégesis de la obra de Grandes.

Afirma Rodríguez que ella misma pudo llevar a cabo la idea, pero no era lo que deseaba. “Yo quería ver a Almudena mostrándose, que la gente tuviera la impresión de que se sienta con ella a charlar. Y es eso: como estar en su casa charlando con ella”.

Queda un doble retrato: al de la escritora metódica y disciplinada se suma el de la mujer festiva, la amiga apasionada, la cocinera entusiasta y la atlética empedernida. Lo público y lo privado, no necesariamente por ese orden.

García Montero, mientras tanto, va tejiendo el hilo conductor del documental. Lo va tejiendo desde el duelo, la soledad y la entereza, mostrando textos manuscritos, enseñando sitios compartidos y relatando la vida en común.

“Es impresionante -destaca la directora- cómo Luis ha transitado esto. Su dolor es profundo. Lo tuvo que pasar mal en ‘Un año y tres meses’, cuando cuenta la enfermedad de Almudena, y en la recopilación de la poesía que escribió para ella. Él tiene la suerte de poder mirar los sentimientos de frente y hacerlos poesía, y entonces el dolor lo atempera”.