Un estudio en ratones muestra que la dieta cetogénica provoca múltiples problemas de salud

Imágenes representativas de machos (arriba) y hembras (abajo) sometidos a dieta durante 28 y 33 semanas, respectivamente. Barras de escala, 20 μm. Fotografía facilitada por: Molly R. Gallop (Universidad de Utah, Estados Unidos). EFE

Redacción Ciencia, 19 sep (EFE).- Las dietas keto o cetogénicas, muy bajas en carbohidratos y muy altas en grasas, están ganando popularidad, pero sus efectos a largo plazo no se conocen bien. Hoy, un estudio en ratones desaconseja su uso sistemático porque los animales alimentados durante mucho tiempo con esta dieta sufrieron múltiples problemas metabólicos.

Aunque inicialmente los ratones -machos y hembras- alimentados con dieta cetogénica lograron perder peso, con el tiempo, desarrollaron intolerancia a la glucosa, enfermedad del hígado graso, y niveles peligrosamente altos de colesterol.

Por eso, dado que esta dieta se utiliza como tratamiento terapéutico contra la obesidad y la diabetes tipo 2 y que los resultados del estudio han demostrado que a largo plazo produce «múltiples aberraciones de los parámetros metabólicos», los autores del estudio desaconsejan su uso sistemático como intervención dietética.

Los detalles del estudio, realizado por científicos de la Universidad de Utah (Estados Unidos), se publican este viernes en la revista Science Advances.

Las dietas y las modas

Según el último informe de la Academia Española de Nutrición y Dietética, solo en España la mitad de la población ha hecho una de las dietas de moda o ‘milagro’ a lo largo de su vida, la más popular el ayuno intermitente aunque también las de bajo aporte calórico o la dieta cetogénica, y la mayoría, además, lo ha hecho sin supervisión médica, lo que dispara los riesgos para la salud y de mortalidad.

Las dietas cetogénicas pueden ayudar a reducir los efectos de la epilepsia refractaria resistente al tratamiento, pero también se promocionan por su supuesta capacidad para reducir la obesidad y controlar la diabetes tipo 2, una virtud que, sin embargo, no está probada.

De hecho, tal y como recuerda el estudio de la Universidad de Utah, las consecuencias metabólicas a largo plazo del uso de una dieta cetogénica para perder peso no se conocen bien.

Un estudio en ratones

Para intentar averiguarlo, Molly Gallop y su grupo estudiaron los efectos de la dieta cetogénica alimentando a ratones machos y hembras con una alimentación basada en un 89,9 % de grasa durante casi un año.

Después, compararon los resultados en los ratones cetogénicos con otras tres cohortes que seguían una dieta baja en grasas (10 % de grasa), una dieta estándar alta en grasas (60 % de grasa) y una dieta baja en grasas y moderada en proteínas (10 % de grasa y 10 % de proteínas).

Aunque inicialmente los ratones alimentados con dieta keto perdieron peso, con el paso tiempo, también desarrollaron enfermedad del hígado graso, intolerancia extrema a la glucosa e hiperlipidemia (altos niveles de colesterol y grasa en la sangre).

Los ratones cetogénicos también ganaron sensibilidad a la insulina y tenían niveles bajos de esta hormona del páncreas que se encarga de transformar la glucosa de la sangre en energía (por eso, cuando hay diabetes, es porque el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa eficazmente, lo que eleva el azúcar en la sangre).

«Observamos un empeoramiento de la intolerancia a la glucosa y una alteración de la secreción de insulina cuanto más tiempo llevaban los animales con la dieta cetogénica, por lo que la visión de la dieta cetogénica como tratamiento para las enfermedades metabólicas debería cuestionarse, incluso si se observan mejoras iniciales en la salud», concluyen los autores.