Valencia, 25 ago (EFE).- Un estudio internacional en el que participa la Universitat Politècnica de València (UPV) permite identificar edificios mayas abovedados mediante mapas Lidar, una tecnología que hace posible «ver» bajo la vegetación, lo que ofrece «la clave para entender el urbanismo maya».
Así lo aseguran los responsables de este trabajo, en el que participa la arquitecta e investigadora del Centro PEGASO de la UPV Laura Gilabert, y que es fruto de una colaboración con Tulane University (Nueva Orleans, Estados Unidos) y el consorcio internacional Pacunam Lidar Initiative.
En él se analizan más de 2.600 kilómetros cuadrados de selva en las Tierras Bajas Mayas, entre Guatemala y México, donde se han detectado más de 100.000 estructuras antiguas, de las cuales un 30 % han sido identificadas como abovedadas (vinculadas a un mayor estatus).
Según explican desde la UPV, el proyecto, financiado por la Generalitat Valenciana, ha descubierto cómo rastrear la riqueza y el estatus en la sociedad maya antigua utilizando tecnología Lidar, mediante la detección de estructuras abovedadas y el análisis de su distribución territorial en entornos urbanos y rurales.
Para ello, el equipo ha desarrollado un modelo predictivo, validado con un 93 % de fiabilidad, que permite clasificar los antiguos edificios según su sistema constructivo, identificando aquellos construidos con muros y bóvedas de piedra, un rasgo vinculado a una mayor riqueza y prestigio social.
Nuevas hipótesis sobre la organización de los mayas
La posibilidad de diferenciar los edificios abovedados de otras construcciones más sencillas permite formular nuevas hipótesis sobre la organización social y económica de la antigua civilización maya, explican desde la institución académica.
El estudio ofrece así nuevas claves sobre la vida cotidiana de miles de personas que habitaron en las ciudades mayas durante el periodo Clásico (250-900 d.C.).
Uno de los hallazgos más relevantes es que las élites mayas tendían a ubicarse distribuidas entre la población general, tanto en zonas urbanas como rurales, para supervisar el uso e intercambio de recursos.
«Hasta ahora ha sido difícil definir los barrios mayas», afirma Francisco Estrada-Belli, arqueólogo e investigador de Tulane University y líder del estudio, quien señala que poder ver la distribución de residencias élite y no élite a gran escala «da la clave para entender el urbanismo maya».
«En este artículo mostramos cómo la combinación de excavación arqueológica, análisis arquitectónico y datos Lidar permite obtener nuevas perspectivas sobre la organización de la sociedad maya antigua», apunta por su parte Marcello A. Canuto, director del Middle American Research Institute de Tulane University.
Además de las edificaciones, la tecnología Lidar ha permitido detectar infraestructuras agrícolas y de gestión del agua, como terrazas de cultivo, canales y aguadas, unos hallazgos que refuerzan la idea de un alto grado de planificación del territorio y una compleja organización política.
«La teledetección con Lidar permite optimizar el uso de los recursos económicos y humanos dedicados a la investigación arqueológica, pues las excavaciones pueden planificarse previamente de forma muy precisa», indica Laura Gilabert.
La investigadora de la UPV añade que Lidar abre «nuevos horizontes en la conservación y la gestión del patrimonio arqueológico, especialmente cuando éste se encuentra bajo áreas naturales protegidas».