Violeta Molina Gallardo
Madrid, 19 sep (EFE).- En el escenario, un hombre asesina a su mujer. Otello volverá a matar esta noche a Desdémona sobre las tablas del Teatro Real «para nada», como hiciera por primera vez hace más de 400 años en la obra de Shakespeare, cuya «inmensa modernidad» denunció ya entonces la violencia de género, como Verdi en su ópera.

La violencia, la misoginia, el racismo, la inseguridad masculina están presentes en la obra de teatro de William Shakespeare y también en la ópera con la que Giuseppe Verdi y Arrigo Boito adaptaron el libreto del bardo. Problemas profundos y aún vigentes que explican por qué ‘Otello’ se sigue representando una y otra vez en todo el mundo.

Otello, feroz guerrero y protector de Venecia, se casa con la noble Desdémona. Él, procedente del norte de África, mayor y racializado; ella, joven, blanca y privilegiada perteneciente a la élite veneciana.
Los abismos sociales, raciales y de género pesan sobre los personajes. El hombre, envenenado por la mentira de su colaborador Iago -encarnación de la maldad-, terminará matando a su mujer, a la que acusa de infidelidad.
«Juro que esta mano descargará ira y violencia», canta el protagonista antes de asesinar a su esposa, a la que antes ha injuriado, amenazado y agredido.
La violencia de género y la misoginia son explícitas en el montaje que programa el Real. Su director musical, Nicola Luisotti, reconocía durante la presentación del proyecto que el feminicidio es uno de los temas importantes.
El disparate de «te maté porque te quiero»
«Hay un feminicidio sobre el escenario, él mata a Desdémona no por motivos raciales, sino porque piensa que lo ha traicionado con otro. (…) Otello es un loco que mata para nada, como hoy, es un tema muy actual. No se debe pensar que es un tema de otro tiempo, sino que es un tema que nos interpela cada día. Mirad los periódicos, cada día, cada dos días hay una mujer asesinada para nada», sostenía el maestro.
La catedrática de Historia de la Música María Encina Cortizo explica a EFE que la violencia de género y los conflictos racial y religioso son temas que Shakespeare trató en ‘Otello’ y que luego Boito y Verdi quisieron volver a poner de manifiesto. El «disparate» de «te maté porque te quiero», el «sacrificio inútil».
«Está la modernidad de aquel autor que es capaz de denunciar esto en aquella sociedad en la que la mujer vale muy poco. Es de una inmensa modernidad. Y quizá hoy lo más moderno es respetar el libreto de Boito, porque ahí está todo ya», resalta.
La dramaturga Marta Pazos, que montó una adaptación feminista de esta tragedia «terrible» en la que los personajes femeninos contaban la historia, destaca el pensamiento vanguardista de Shakespeare, capaz de escribir en 1604 un alegato por la igualdad.
No solo por la libertad que da a Desdémona, que toma la decisión de casarse con un africano en contra del criterio de su familia y de las convenciones sociales, sobre todo por las palabras de su dama de compañía, Emilia.
«Mas creo que si pecan las mujeres la culpa es de los maridos: o no cumplen y llenan otras faldas de tesoros que son nuestros, o les entran unos celos sin sentido y nos tienen encerradas; o nos pegan o nos menguan el dinero por despecho. (…) Sepan los maridos que sus mujeres tienen sentidos como ellos; que ven, huelen y tienen paladar para lo dulce y para lo agrio», clama Emilia.
«Y nosotras, ¿no tenemos deseos, ganas de gozar y flaquezas como ellos? Pues que aprendan a tratarnos o, si no, que sepan que todo nuestro mal es el mal que nos enseñan», continúa el texto de Shakespeare.
«La derrota de las mujeres»
Pazos subraya que es «completamente actual» y que por eso se vuelve a él una y otra vez. Y cree que la pregunta que debe plantear ‘Otello’ es qué se puede hacer para que ese feminicidio no suceda. La respuesta, expone, no está solo en el asesino que lo perpetra, también en la responsabilidad social.
La violencia se encuentra en el epicentro de la ópera y de la dramaturgia, al igual que la vulnerabilidad y el sentimiento de inferioridad que atenazan a los personajes masculinos y abonan el camino a la atrocidad.
Desdémona vuelve a esperar su muerte en septiembre de 2025. Excusará de nuevo al feminicida. Víctima del machismo, como Violetta en ‘La Traviata’, Madama Butterfly, Tosca o Mimí en ‘La Bohème’.
Cortizo enfatiza que la mujer se sacrifica en la ópera romántica y sufre las consecuencias de hombres cobardes que no están a la altura, no tienen sentimientos reales, ni compromiso. La derrota de las mujeres, como escribió la filósofa francesa Catherine Clèment.
«Si repasamos, sobre todo en la ópera romántica, las mujeres acabamos fatal, sufriendo por excesos, complejos y miserias masculinas. (…) Los autores denunciaban, de alguna manera, situaciones terribles», detalla.
Para muestra, y tras ‘Otello’, el Real abordará el sufrimiento femenino en ‘Carmen’ y ‘El Castillo de Barbazul’.