Brasilia, 1 jun (EFE).- El diputado brasileño Eduardo Bolsonaro divulgó este domingo un mensaje en el que abre la puerta a ser candidato presidencial para las elecciones de 2026, en las que su padre, el expresidente Jair Bolsonaro, no podrá participar, pues ha sido inhabilitado por la Justicia.
“No me presento aquí como candidato a uno u otro cargo”, sino “como alguien dispuesto a ayudar al país a reencontrarse, a levantar la cabeza y a creer en sí mismo”, dice el hijo del líder de la ultraderecha en un vídeo publicado en sus redes sociales.
El mensaje fue divulgado dos días después de que la revista Veja publicara una entrevista con el diputado, quien admitió que aspirará a la Presidencia en 2026 si su padre se lo pide.
“Si fuera una misión dada por mi padre, voy a cumplir”, dijo Eduardo en esa entrevista, concedida desde Estados Unidos, donde está desde marzo pasado, liberado de su escaño y, según sostiene, buscando “justicia” para el expresidente, que responde por acusaciones de golpismo ante la Corte Suprema.
Las elecciones serán en octubre de 2026 y todo el arco conservador busca un candidato para sustituir a Jair Bolsonaro, en tanto que el actual presidente, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años, aún no decide si aspirará a otro mandato.
En su mensaje de este domingo, el hijo de Bolsonaro habló en un tono inusualmente conciliador y dijo que en un “momento tan delicado” para el país, con “una fractura social profunda y sentimientos de cansancio y desconfianza”, se debe rescatar “el verdadero espíritu brasileño”.
En ese marco, sostuvo que Brasil “no nació ayer” y pidió hacer una revisión de la historia y sus figuras con una “mirada nacional, no partidaria”.
Llegó a reconocer “virtudes” en algunas figuras de la historia habitualmente criticadas por la extrema derecha, como los expresidentes Getúlio Vargas (1930-1945 y 1951-1954), Juscelino Kubitschek (1956-1961) y João Goulart (1961-1964).
Sobre este último, socialista derrocado por militares que implantaron una dictadura que se prolongó durante 21 años y es considerada como “modelo” por la ultraderecha, Eduardo declara que, si bien puede discrepar de sus posiciones, “es injusto negar que muchas de ellas nacieron de la intención de responder a las ansias populares”.
Sobre la dictadura, a la que se refiere como “período militar”, admite que “hubo autoritarismo”, pero afirma que “tampoco se puede decir que todo fueron tinieblas, porque existieron proyectos de infraestructura que sustentan a Brasil hasta hoy”.
Según el diputado, “negar las virtudes de cualquier período de la historia es negarnos a nosotros mismos” y “no habrá unión nacional si cada uno de los lados quiere borrar al otro”, pues Brasil “precisa reconciliación y no resentimiento”.
El hijo de Bolsonaro se ofrece también para “caminar lado a lado con quienes creen en eso” y pide “reencontrar la grandeza por encima de las vanidades, la unidad por encima de los rencores, la construcción por encima de la destrucción”.
También cita al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, “el líder conservador más longevo de la actualidad, con quince años en el poder”, de quien dice haber aprendido que es necesario “tener aliados y concentrarse en lo que se converge”.