Sol Carreras
Madrid, 12 jun (EFE).- El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha aguantado el chaparrón dentro del hemiciclo del Congreso, sin moverse de su escaño y pegado a su móvil, que ha usado compulsivamente para mandar mensajes, hacer llamadas y leer el esperado informe de la UCO sobre contrataciones irregulares.
Era el político más buscado esta mañana en el Congreso y su llegada, poco antes de las 10.30h, cuando el pleno ya llevaba casi una hora y media en marcha, ha pillado de imprevisto en ese momento a los periodistas, que se han abalanzado sobre él para tratar de conseguir declaraciones.
En ese momento solo se conocían informaciones sobre su supuesta implicación en el cobro de comisiones a constructoras junto a José Luis Ábalos y Koldo García. No se había publicado todavía el informe de la UCO ni se sabía aún que el Supremo le había ofrecido declarar ante los «consistentes indicios» en su contra.
Cuando el informe ha salido en los medios el propio secretario de Organización de los socialistas lo ha consultado a través de la pantalla de su móvil, sentado en su escaño.
El informe ha llegado después de que Cerdán entrara en el hemiciclo, donde ha sido recibido por los diputados del PP con gritos de «dimisión» y golpes en los escritorios de sus escaños, llegando a interrumpir el pleno unos segundos.
Estas protestas se han repetido en varias ocasiones a lo largo del pleno, en el que diputados del PP y de Vox han aprovechado sus intervenciones en los debates para hacer alusiones a Cerdán y denunciar la «corrupción» del PSOE, apuntando directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El número tres del PSOE ha permanecido todo el tiempo sentado en su escaño, situado en uno de los extremos del hemiciclo y dos filas detrás de la bancada del Gobierno -prácticamente vacía este jueves- a escasos dos metros del lugar reservado a Pedro Sánchez.
Tan solo han asistido al pleno el ministro de Justicia, Félix Bolaños, que tenía que intervenir en uno de los puntos, y la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que ha entrado al hemiciclo pasado el mediodía y pegada a su móvil.
Cerdán no ha hablado con ninguno de ellos y prácticamente no ha intercambiado palabra con nadie salvo con su mano derecha en el PSOE, Juan Francisco Serrano, que además es su compañero de bancada.
Desde su asiento en el Congreso, Cerdán apenas ha levantado la mirada de su móvil, con el que ha estado también haciendo y recibiendo breves llamadas y mandando mensajes.
Una diputada socialista se ha acercado a él cuando ha pasado por su lado para desearle ánimos y algunos compañeros de grupo le han transmitido también su apoyo con palmadas en el hombro al acabar la sesión del pleno, poco antes de las 13.30h.
Al salir del hemiciclo, en medio de una expectación mediática mayor aún que a la entrada, Cerdán ha adelantado que declarará ante el Supremo y ha dicho que no había leído aún el informe.
Apenas unas palabras tras tres horas sentado, aguantando el chaparrón a través de las seis pulgadas de una pantalla de móvil.