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Un médico gazatí afincado en España: «Mi familia está en la cola de la muerte»

Amir Ismail Hejazy nació en Gaza, llegó a España en 1983 y ve a su familia, que permanece en la Franja, "en la cola de la muerte": "Han muerto ya más de veinte por el genocidio", denuncia en una entrevista con EFE. EFE/ Kiko Delgado

A Coruña, 27 sep (EFE).- Amir Ismail Hejazy nació en Gaza, llegó a España en 1983 y ve a su familia, que permanece en la Franja, «en la cola de la muerte»: «Han muerto ya más de veinte por el genocidio», denuncia.

«Netanyahu y Trump son genocidas, terroristas, que dicen claramente: ‘Vamos a abrir las puertas del infierno a Gaza’. Y todo el mundo se queda mirando para ellos. Es increíble. Estamos viviendo una época en el mundo muy difícil», reflexiona Ismail en una entrevista con EFE.

Afincado en Ferrol, donde ejerce como traumatólogo en el hospital Arquitecto Marcide, detalla que sus hermanos, tíos, primos y sobrinos siguen en Gaza y mantiene contacto con ellos cuando las comunicaciones lo permiten, pues los cortes son frecuentes.

«Han muerto ya más de veinte familiares por el genocidio. Han derrumbado la casa de mis abuelos, un edificio de cinco plantas, fue en diciembre del año pasado y mataron a doce. Mis hermanos se fueron a refugiar a un edificio alto, que también derrumbaron. Hace dos meses derrumbaron otro edificio de doce viviendas donde vivían mis sobrinos y mis hermanas, ahora están en manos de Dios, no sé dónde están ahora», desvela.

La parte de su familia que sigue con vida está sin hogar, pero otra tuvo que «ir al sur cuando empezó el genocidio» y murió por falta de una asistencia médica que ahora necesitan los que resisten, de los que muestra fotografías en su móvil, pues sufren las consecuencias físicas de un reciente bombardeo.

«Están en la cola de la muerte», lamenta, pues cada día ve las noticias, con jornadas que empiezan con «20 asesinados, luego por la noche, 85, 100 o 120 muertos, y además están los lesionados, que se cuentan por cientos, con muchos amputados graves» en un lugar en el que «no hay electricidad, no hay gasolina, no hay energía para poner a funcionar las máquinas, ya están bombardeando los hospitales, es un genocidio en toda regla».

Allí «no hay comida, no hay agua, no hay pan, no hay leche materna, los hospitales no tienen medicamentos, no tienen antibióticos» y por eso pide a los gobiernos que actúen cuanto antes, como ya hacen los ciudadanos, que muestran su solidaridad con acciones como en La Vuelta, con concentraciones ante los ayuntamientos y caceroladas para visibilizar el genocidio».

«También tenemos que luchar contra el monopolio sionista de los medios de comunicación, que se dejan manipular. Leemos que lo que hace Hamás el 7 de octubre es terrorismo, pero lo que hace Israel el 10 de octubre no lo es, tampoco las masacres de Israel de 2008 y 2014 o todos sus ataques desde 1948», censura.

«Gaza era una cárcel, ahora es un campo de exterminio»

Amir Ismail Hejazy nació en Gaza, llegó a España en 1983 y ve a su familia, que permanece en la Franja, "en la cola de la muerte": "Han muerto ya más de veinte por el genocidio", denuncia en una entrevista con EFE. EFE/ Kiko Delgado

Echa en falta apoyo de la comunidad internacional, que «es cómplice porque no lo paran», pues «podrían exigirle a Israel que parara, sancionarlo o parar de enviarle armas»; sin embargo, asiste como espectadora.

«No hay forma de salir. Era una cárcel, ahora es un cementerio, es un campo de exterminio. Lo que está haciendo Israel, el sionismo de Netanyahu y de Trump, es una limpieza étnica», prosigue.

La declaración de intenciones fue clara, en su opinión, desde el principio, con la frase ‘Vamos a abrir las puertas del infierno a Gaza’, por lo que reclama que los estados europeos no tomen «por tontos» a los ciudadanos con su inacción.

«Los gobiernos de la Unión Europea, todos sin excepción, no toman medidas humanitarias como parar el genocidio, cortar las relaciones con Israel o parar de enviarle armas», añade y recuerda que España «no corta relaciones diplomáticas y comercia con Israel».

Por lo que considera que el reconocimiento del Estado de Palestina «son palabras vacías» si no se traducen en ayuda real: «Al menos con el hambre», reclama.

La situación allí es extrema, pues Gaza, con 2,3 millones de habitantes, «ha estado durante dieciséis años bajo bloqueo por tierra, mar y aire, mientras gobernaba Hamás», con lo que se impidió a los palestinos, desde entonces, salir para cualquier cuestión, como «tratamiento médico o hacer sus negocios».

Ahora, con los bombardeos, se perpetúa el «terrorismo» que practica Israel y, frente a eso, Amir Ismail Hejazy defiende su derecho «a la vida, a vivir en paz en el territorio, sin ocupación».

«Quieren anexionar Cisjordania y aniquilar el pueblo palestino de Gaza. Tenemos todo el derecho del mundo a luchar con todas las armas posibles, con nuestras manos, nos lo permite el derecho internacional: luchar contra el ocupante», concluye.

Miguel Álvarez