Madrid, 11 jun (EFE).- La corona solar, la tenue atmósfera exterior del Sol, es difícil de observar en su totalidad, por lo que se usan simulaciones para conocer su evolución. Un estudio presenta una nueva forma de crear modelos prácticamente en tiempo real, para conocer el comportamiento de su campo magnético y su influencia en la Tierra.
El nuevo modelo, que se presenta en un estudio con participación de científicos españoles y que publica Science, combina datos tomados desde la Tierra con otros procedentes del telescopio espacial Solar Dynamics Observatory de la NASA y de la sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Cuando se observa el Sol desde la Tierra solo se ve una de sus caras (su periodo de rotación es de unos 28 días) por lo que, hasta ahora, para tener una imagen completa de su campo magnético -el principal impulsor de las tormentas solares que afectan a nuestro planeta- se hacían extrapolaciones de esos datos parciales y el resultado tardaba unos días.
El nuevo patrón, al incorporar datos desde el espacio y desde varios puntos de observación, permite generar modelos coronales con mayor rapidez, “prácticamente en tiempo real”, explica a EFE David Orozco del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), firmante del estudio, en el que también han participado, entre otros, la Universidad de Valencia.
Orozco destaca la importancia de contar con estos nuevos modelos “más rápidos y robustos” de la corona solar porque señalan cómo se van a comportar las tormentas y el viento solar, que tienen “una influencia directa” sobre nuestro planeta.
La corona solar es el origen del viento solar, una corriente continua de partículas cargadas (principalmente protones y electrones) que son aceleradas por las tormentas solares, las cuales afectan al campo magnético de la Tierra e interfieren con las comunicaciones, los sistemas de geolocalización o a los astronautas en el espacio.
La corona es difícil de observar debido a su baja densidad y a su proximidad a la fotosfera (la capa visible del sol que es mucho más brillante), por eso la mejor forma de hacerlo desde tierra es durante un eclipse total.
El equipo de investigadores puso a prueba su modelo durante el eclipse total del 8 de abril de 2024, cuando además nuestra estrella estaba cerca de su ciclo máximo de actividad.
El nuevo método, destaca el investigador, proporciono imágenes que se asemejaban “muchísimo” a la corona solar tal y como se observó durante el eclipse y más certeras que otros tipos de modelo.
Poder hacer las predicciones de la situación de la corona solar de manera mucho más rápida tiene -destacó- implicaciones positivas no solo para hacer ciencia, sino también par las predicciones sobre el tiempo espacial. EFE
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