Un órgano enterrado por los cruzados vuelve a sonar gracias a una investigación española

Un órgano de mil años de antigüedad ha vuelto a sonar tras pasar ocho siglos enterrado por los cruzados que huían de Belén, gracias a un proyecto de investigación internacional liderado por el musicólogo David Catalunya (Valencia, 43 años), que define el hallazgo, en declaraciones a EFE, como un "milagro". EFE/Nadim Asfour/Instituto Complutense de Ciencias Musicales.

Madrid, 3 sep (EFE).- Un órgano de mil años de antigüedad ha vuelto a sonar tras pasar ocho siglos enterrado por los cruzados que huían de Belén, gracias a un proyecto de investigación internacional liderado por el musicólogo David Catalunya (Valencia, 43 años), que define el hallazgo, en declaraciones a EFE, como un «milagro».

Un órgano de mil años de antigüedad ha vuelto a sonar tras pasar ocho siglos enterrado por los cruzados que huían de Belén, gracias a un proyecto de investigación internacional liderado por el musicólogo David Catalunya (Valencia, 43 años), que define el hallazgo, en declaraciones a EFE, como un "milagro". EFE/Nadim Asfour/Instituto Complutense de Ciencias Musicales.

Se trata del órgano más antiguo de la cristiandad, y probablemente el instrumento más viejo que continúa sonando en el mundo, aclara Catalunya en conversación telefónica desde Jerusalén, lugar desde el que presentará ante medios internacionales el próximo martes día 9 este descubrimiento, impulsado por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales.

El propio investigador, que también es organista, hará sonar los tubos originales recreando la misma vibración medieval que acompañó la liturgia cruzada en la Iglesia de la Natividad de Belén. Los asistentes podrán comprobar que ocho de sus tubos suenan «como si estuvieran hechos ayer», asegura.

El instrumento fue construido en el siglo XI en Francia, desde donde fue trasladado a Tierra Santa, donde su música sonó en el siglo XII. Cien años más tarde, los clérigos latinos lo enterraron antes de ser expulsados, junto a otros tesoros como unas campanas, cuya posible conexión sonora con el órgano también se investiga.

Los objetos fueron descubiertos durante una excavación en 1906 de los arqueólogos del Studium Biblicum Franciscanum, quienes se encargaron de proteger el instrumento y exponerlo. Pero durante más de un siglo este hallazgo pasó prácticamente desapercibido para la comunidad académica.

Hasta que en 2019 Catalunya, entonces investigador en la Universidad de Oxford, encontró una referencia a estas piezas y decidió iniciar el ambicioso proyecto que ahora continúa su desarrollo en Madrid, donde trabaja en el proyecto ‘Resound’, financiado por el European Research Council (ERC) en el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU).

«Lo que descubrimos el pasado 20 de mayo es que algunos los tubos originales suenan. Y esto es la gran noticia», explica entusiasmado el científico, que añade que se debió casi a una casualidad, aunque él ya intuía que podía ocurrir debido al extraordinario estado de conservación de algunos de los 222 tubos originales, que parecen «estar hechos ayer».

El equipo había preparado algunas réplicas en Holanda con el objetivo de reconstruir las partes perdidas del instrumento, en el intento de recuperar el sonido del órgano en toda su plenitud.

Después, las réplicas construidas por el eminente organero Winold van der Puten fueron llevadas a Jerusalén con el objeto de compararlas con los tubos originales que se conservan en el Terra Sancta Museum. Para hacerlas sonar se había construido una caja de órgano portátil.

«Entonces se nos ocurrió probar los tubos que estaban mejor conservados en la misma caja de órgano. Y para nuestra sorpresa, sonaban sin tener que restaurarlos ni aplicar ninguna modificación o intervención. Nos sorprendió de una manera extraordinaria», relata el investigador, que admite que el equipo se sintió «abriendo la tumba de un faraón» y durante unos días estuvieron «como flotando dentro de un sueño».

¿Y cómo suena un instrumento de hace mil años? «Es muy distinto al de un órgano moderno o incluso del Renacimiento. Es un sonido sorprendente y con mucho carácter, muy rico y variado a lo largo del registro entre tubos graves, medios y agudos», dice Catalunya.

El próximo día 9 de septiembre será «el estreno mundial en el que, por primera vez en la historia moderna, el sonido de esos tubos se hará público», dice el organista, que remarca que los resultados de la investigación -en la que no hay involucrada ninguna institución israelí, detalla- no son definitivos y continúan su curso, una vez presentado este «hito en la historia de la música