Guillermo Martínez
Alcalá de Henares, 12 jul (EFE).- La xiloteca del Real Jardín Botánico Juan Carlos I de la Universidad de Alcalá (UAH) alberga más de 7.500 ejemplares de maderas de todo el mundo, lo que la convierte en la mayor antología de toda la península ibérica tras la incorporación de las miles de muestras que atesoraba un coleccionista privado.
Manuel Peinado, el director del Jardín Botánico, enfatiza que “las xilotecas, tal y como se conciben desde el punto de vista científico, no son solo una mera colección, sino que aportan información científica, pedagógica, didáctica y expositiva, con un valor intrínseco a la belleza de la propia madera”.
La colección que ahora enseña este especialista comenzó a fraguarse hace unos tres años a partir de unas muestras procedentes de Cuba almacenadas en los sótanos del Jardín. “Las recuperamos y restauramos, eran como 60. A partir de ahí nos dimos cuenta de la importancia que podía tener una xiloteca en un lugar como este”, dice Peinado.
Nada más entrar al enclave, cualquier visitante puede apreciar unas 1.200 maderas diferentes colgadas de la pared en tablillas con unas dimensiones homologadas a nivel internacional, a buen resguardo de los rayos del sol que tanto les perjudicarían.
La xiloteca del Jardín Botánico de la UAH también cuenta con decenas de objetos, todos ellos de madera, que relatan en sí mismos diversos usos que se le han dado este material a lo largo de la Historia.
Peinado, por ejemplo, enseña una sección de un tronco de alcornoque, en el que se aprecia la diferencia interna de este árbol. “En la zona interior está la madera dura, y luego está el anillo de crecimiento que cada año añade una capa hacia el exterior. Esa capa es el corcho que sirve para aislar el árbol y protegerlo sobre todo de los incendios, y es la que se recolecta cada nueve o diez años para hacer, por ejemplo, los tapones de las botellas de vino”, desarrolla.
Cientos de tablillas pueblan esta sala dedicada a la pedagogía y por la que cada año pasan decenas de estudiantes.
En cada muestra aparece el nombre común del árbol, su nombre científico y la familia a la que pertenece. Además, todas ellas tienen un código QR a través del que se puede ampliar información.
La gran donación de un coleccionista privado

Una infraestructura realizada también de madera, conferida como una suerte de cabaña, acoge los más de 6.500 objetos que el alicantino Manuel Soler ha legado a la UAH. En este caso, son tantas las muestras que las mismas aparecen como si de libros en una estantería se tratara.
“Era un coleccionista privado que durante años llevó a cabo la colección de maderas más importante de España”, explica Peinado antes de recalcar que todos y cada uno de los objetos que se pueden observar primero han sufrido un proceso de congelación durante al menos diez días para eliminar cualquier parásito que pudieran tener.
El experto añade que “luego se les ha pulido con una lija muy fina y se les ha puesto cera de abejas del Jardín Botánico, y finalmente se han expuesto”.
En el Jardín Botánico también se encargan de fotografiar microscópicamente todas estas maderas. “Sería como hacerles su DNI, identificar a cada una de ellas de forma inequívoca”, remacha Peinado.
