Un perito explica a la juez de la dana que el agua bajó por el barranco del Poyo a 30 km/h

Imagen de archivo del barranco del Poyo a su paso por Paiporta. EFE/Manuel Bruque

València, 9 may (EFE).- El ingeniero de Caminos y profesor de la Universitat Politècnica de València (UPV) Francisco Vallès ha explicado este viernes, en su declaración como perito ante el Juzgado de Catarroja (Valencia) que investiga la gestión de la dana, que el agua bajó por el barranco del Poyo el pasado 29 de octubre a una velocidad de 30 kilómetros por hora.

Vallés ha diseñado un modelo hidráulico que ha servido para determinar la fuerza de arrastre que llevó el agua en el episodio de la dana en los barrancos del Poyo, Pozalet-Saleta y el cauce del Turia, y ha colaborado con el operativo de búsqueda de desaparecidos.

Su interrogatorio ha sido acordado de oficio por la magistrada instructora.

Ha explicado, según han detallado fuentes presentes en el interrogatorio, que empezó a pensar en cómo colaborar con el operativo de Emergencias el mismo día de la dana, tras quedarse incomunicado en Buñol, su localidad de residencia.

“Cuando el cauce está seco se genera una ola de avenida, es una ola que se mueve a una velocidad importante. No es un tsunami, aunque se puede utilizar como hipérbole. En el caso del Poyo la ola de avenida era de 8 metros por segundo, 30 kilómetros por hora, cuando un tsunami se mueve a 200 kilómetros por hora”.

“Los técnicos sabemos que el barranco del Poyo es problemático. La última tesis que he dirigido era sobre arrastramiento de coches por el barranco del Poyo”, ha apuntado.

De este modo, ha considerado que “lo que quiera que se haga con el Poyo, si pasa por conectarlo con el Turia -a través del plan Sur- tendría que tener en cuenta la capacidad del cauce del Turia y de la propia conexión”.

Asimismo, ha insistido este especialista en que “habría que tomarse en serio a la Agencia Estatal de Meteorología, que hizo un gran papel. Emite muy pocos avisos de nivel rojo, y el del 29 de octubre fue el primero del año”.

Según este especialista, en el cauce del barranco del Poyo no hay ninguna presa que hubiese podido tener la capacidad laminadora que tuvo la presa de Forata en el recorrido del río Magro -afluente del Júcar por la izquierda-.

Esta presa se llenó en apenas 4 horas durante la tarde del 29 de octubre. “Toda presa que no colapsa tiene un efecto laminador de la avenida, retrasa su punta en el tiempo y la amortigua. Lo que sale por el aliviadero es menor que lo que entra por la cola del embalse, y da tiempo a avisar. Se disipa la energía del caudal a menos de la mitad, tiene menos capacidad de causar daños”.

Ha detallado que las compuertas de la presa de Forata estuvieron abiertas durante el episodio de lluvias “porque es la norma general desde -la ruptura del embalse de- Tous” en 1982.

“La presa jugó un papel importante, pero se llenó mucho y llega un momento en el que no tienes control. Si se hubiese llenado más podría haber vertido por coronación, y eso siempre es peligroso, aunque no hubiese sido un caso Tous, porque la presa no era de material suelto. El vertido no la erosiona y no hubiese amenazado su estabilidad”, ha agregado.

Este experto ha insistido a las partes presentes en la explicación de que las cuencas del Magro y del Poyo son diferentes y que al embalse de Forata (cuenca del Magro) llegó el agua “que hizo daño en Utiel” y del él salió caudal hacia Algemesí, y posteriormente al Júcar.

Ha argumentado que las condiciones actuales de la presa de Tous “son de primer nivel”, porque su ruptura, en 1982, marcó “un antes y un después en el diseño de presas”.

“Las presas en España antes se construían con un periodo de retorno de 500 años. A partir de Tous se diseñan teniendo en cuenta un periodo de hasta 10.000 años de retorno”, ha agregado este experto.