Washington, 17 sep (EFE).- Un controlador aéreo de Estados Unidos reprendió a un piloto de un avión comercial de Spirit Airlines que volaba demasiado cerca del Air Force One, la aeronave con la que el presidente Donald Trump y la primera dama, Melania el pasado martes.
«Presta atención, deja el iPad», le dijo el controlador del centro de Nueva York al piloto, tal y como se escucha en la grabación de la conversación publicada en el portal LiveATC.
El avión comercial y el del mandatario, quien viajaba a Londres para una visita de Estado al Reino Unido, volaron en paralelo a la altura de Long Island, en Nueva York.
El Airbus A321 de Spirit hacía una ruta entre un aeropuerto de Fort Lauderdale, al norte de Miami, y la terminal internacional de Boston.
«Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha», dijo por primera vez el controlador. «Presta atención, Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha. Spirit 1300, gira 20 grados a la derecha, ahora. Spirit Wings 1300, gira 20 grados a la derecha, inmediatamente».
Tras insistir un par de veces, el técnico optó por hacerle entender quién viajaba en ese avión.
«Spirit 1300, hay tráfico a ocho millas (casi 13 kilómetros) de su ala izquierda. Un 747. Seguro que puede ver quién es», apuntó el controlador.
«Fíjate en él. Es blanco y azul», añadió.
Las respuestas del piloto de Spirit no son audibles en la grabación.
El avión presidencial es fácilmente distinguible del resto de aeronaves. Es de color blanco con la parte inferior de color azul claro, lleva escrito al lateral Estados Unidos de América y en la cola una bandera del país.
Los registros de FlightRadar indican que ambos aparatos estuvieron a ocho millas (13 kilómetros) de distancia.
Según la Administración Federal de Aviación (FAA), los aviones nunca estuvieron a una distancia insegura. La agencia dijo estar «al tanto de las publicaciones en redes sociales sobre el Air Force One y un vuelo de Spirit Airlines en el espacio aéreo de Boston».
«La separación requerida se mantuvo entre las aeronaves», declaró a medios.
En un comunicado distribuido por medios locales, Spirit defendió que la seguridad es su «prioridad número uno» y que su vuelo «siguió las instrucciones» de los controladores aéreos.