Un siglo después, parisinos y turistas podrán bañarse en el Sena mirando a la torre Eiffel

Las plataformas de madera y las boyas naranjas que conforman la nueva zona de baño en el río Sena en Bras Marie frente la Isla Saint-Louis, entre el puente Sully y el puente Marie (al fondo). Este es uno de los tres espacios habilitados para nadar en el Sena que abrirán mañana como herencia de los trabajos de mejora fluvial tras los Juegos Olímpicos 2024.-EFE/ Val Torres

Antonio Torres del Cerro

París, 4 jul (EFE).- Tras una espera de 102 años y gracias a una enorme inversión de 1.400 millones de euros, las aguas del río Sena de París vuelven a ser consideradas aptas para el baño con la apertura de tres zonas, una de ellas con vistas a la torre Eiffel, a partir de mañana y hasta el 31 de agosto.

A no ser que una tormenta veraniega lo estropee, parisinos y visitantes dispondrán desde este sábado de tres espacios para zambullirse en el Sena: a la altura del centro histórico (junto al Ayuntamiento), en la zona oeste con vistas a la torre Eiffel (en la zona de Grenelle) y en el sureste, en Bercy.

El hito sucede un año después de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, periodo en el que se cuestionó más que nunca la calidad del agua debido a varios incidentes. Entre ellos, el del 30 de julio, cuando, en pleno evento olímpico, tuvo que aplazarse por problemas sanitarios la prueba de natación de triatlón masculino que se iba a realizar en el Sena.

Sin embargo, la puesta en marcha de un caro y ambicioso plan de recuperación, en el que se implicó el propio presidente francés, Emmanuel Macron, hará finalmente posible lo prometido por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo: que los ciudadanos puedan nadar en el legendario río un año después de los Juegos.

Para el concejal de Deportes, el antiguo jugador de rugby Pierre Rabadan, la fuerte inversión pública en limpiar el Sena «corrige una anomalía creada por el propio hombre» y «eso no tiene precio».

«La calidad del agua de este año está mejor que en el anterior (JJ.OO.)», aseguró en declaraciones a EFE Rabadan, quien citó la vuelta de 40 especies del medio acuático en el Sena como consecuencia del plan de limpieza.

El edil dijo que es difícil aportar una previsión de afluencia durante este verano y comentó que las tormentas veraniegas son «el principal riesgo» de un cierre temporal de los espacios de baño.

De acceso gratuito, las áreas tendrán un límite diario de bañistas y estarán vigiladas por socorristas. La de Bercy será la que pueda acoger más, hasta 700 (300 de ellos dentro del agua), seguida por la de Grenelle (200 y la que tiene vistas a la torre Eiffel) y 150 la del Ayuntamiento. La que cierra más tarde, a las 21.00 hora local, es la de Bercy.

«Estamos en un medio natural que no podemos controlar y, por ello, habrá días en los que no podamos abrir. Esto no es como una piscina con cloro», anotó el concejal.

Francesca y Claudia, dos italianas residentes en París, se mostraron más que escépticas mientras paseaban sobre el Pont Neuf, en una zona próxima al área de baño junto al Ayuntamiento.

«No creo que el agua esté lo suficientemente limpia, ni que haya la seguridad suficiente (por los barcos que navegan). La verdad que no tengo previsto bañarme, al final estamos en medio de una ciudad. Lo haría, pero un poco más a las afueras, en el Sena antes de que entre en París», comentó a EFE Francesca.

Una espera de 102 años

Últimos preparativos en la víspera de la apertura de las nuevas zonas de baño en el río Sena, por primera vez en 100 años. Este espacio, habilitado frente a la Isla de Saint-Louis, acogerá hasta 150 bañistas que nadarán entre el puente Marie y el puente Sully (al fondo).-EFE/ Val Torres

La prohibición del baño en el río Sena data de un decreto de la Prefectura de Policía del 17 de abril de 1923.

Sin embargo, según el antropólogo Benoît Hachet, especialista en la historia del baño del mítico río parisino, el motivo de la restricción no fue sanitario sino moral, pues durante el siglo XIX muchos bañistas se zambullían desnudos en el río.

«Fue a partir de los años 70 cuando se prohibió por el riesgo sanitario», ha explicado Hachet a los medios franceses.

Una de las principales estructuras que ha hecho posible nadar en el corazón de unas de las ciudades más visitadas del mundo ha sido la faraónica construcción de un depósito de agua sucia de 30 metros de profundidad y unos 50.000 metros cúbicos de capacidad junto a la estación ferroviaria de Austerlitz, muy cerca de Bercy.

El gigantesco colector recupera, desde 2024, el agua sucia que desborda de las alcantarillas cuando llueve de forma torrencial para que no acabe contaminando el Sena con bacterias de origen fecal.