Redacción Ciencia, 10 sep (EFE).- El sistema estelar V Sagittae, compuesto por dos estrellas, es el más brillante de su clase y un nuevo estudio señala que se debe a que una de ellas, del tipo enana blanca, está devorando a la otra a un ritmo nunca visto.
Las estrellas orbitan una alrededor de la otra cada 12,3 horas, acercándose gradualmente entre sí, lo que podría provocar una explosión tan brillante que se vería a simple vista desde la Tierra, a unos 10.000 años luz, según un estudio que publica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
El texto desvela un misterio sobre ese par de estrellas que «ha desconcertado a los expertos desde que se descubrió» en 1902, pues es el sistema más brillante de ese tipo, destacó Phil Charles, de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y uno de los firmantes del artículo.
En la investigación también participaron el investigador Pablo Rodríguez Gil, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna, y Pasi Hakala de la Universidad de Turku (Finlandia).
Ese brillo extremo se debe a que la estrella enana blanca «absorbe la vida de su estrella compañera y utiliza la materia acumulada para convertirla en un infierno ardiente», explicó la Universidad de Southampton.
Ese proceso es tan intenso que provoca una reacción nuclear en la superficie de la enana blanca, «que brilla como un faro en el cielo nocturno», indicó Charles.
El equipo, que usó para sus observaciones el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral en Chile, también descubrió que las dos estrellas están rodeadas de un brillante anillo de gas.
Esa estructura sería consecuencia de la enorme cantidad de energía generada por la «hambrienta» enana blanca, que no puede consumir toda la masa que le transfiere la otra estrella.
Rodríguez-Gil señaló que «es probable que la materia que se acumula en la enana blanca produzca una explosión nova en los próximos años, durante la cual V Sagittae sería visible a simple vista».
La velocidad a la que se mueve este sistema estelar puede ser una señal de su inminente y violento final.
Cuando finalmente choquen entre sí y exploten, dijo el astrónomo, «se producirá una explosión de supernova tan brillante que será visible desde la Tierra incluso durante el día».