‘Un tranvía llamado deseo’, una pasión que da voz a la desdicha y a la indefensión

Imagen de Nathalie Poza y Pablo Derqui, protagonistas de la adaptación de 'Un tranvía llamado deseo' que se estrenará en el madrileño Teatro Español el próximo 12 de junio. EFE. IMAGEN CEDIDA POR EL TEATRO ESPAÑOL

Madrid, 5 jun (EFE).- Decía Tennessee Williams, autor de ‘Un tranvía llamado deseo’, que la obra reflejaba su compleja relación con el amor y el deseo, un texto con tintes personales, cumbre de la dramaturgia norteamericana que ha envejecido muy bien con el paso del tiempo, aseguran sus protagonistas Nathalie Poza y Pablo Derqui.

«Me persigue Williams desde hace años, me conmueve su escritura, es bonito dar voz a la desdicha «, explica a EFE Nathalie Poza como argumento por ser la impulsora de este proyecto, que ya trabajó en la escuela de arte dramático y que soñaba con representar, en el que además de Derqui, la acompañan María Vázquez, Carmen Barrantes y Jorge Usón entre otros.

David Serrano es el director de esta adaptación que se estrenará en el madrileño Teatro Español del 12 de junio al 27 de julio y de la que es difícil apartar de la memoria la película dirigida por Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando y Vivien Leigh.

«Es inevitable recordar esos planos míticos, es el poder del cine; pero esa versión estaba edulcorada y nosotros nos centramos en el libreto original», apunta Pablo Derqui (Barcelona, 1976), que ha querido hacerla «genuina, acercándola a mí, es más una oportunidad que un peso».

Tras arruinarse y perder la casa familiar y su trabajo como profesora, Blanche DuBois regresa a Nueva Orleans donde se ve obligada a vivir en la casa de su hermana Stella, casada con el inquietante Stanley Kowalski. Entre ellos surge una pasión que desemboca en tragedia.

Poza reseña su satisfacción al «zambullirse en la poesía de un gran texto. Me conmueve su escritura, que sea una revelación constante», admite la actriz, que detalla que el texto habla de la soledad, de la ausencia de compasión, «es una súplica para comprender a los seres delicados», justo ahora -reseña- que vivimos tiempos en los que quienes no tiene suerte, «el que no puede salir adelante es apartado. Me obsesiona la indefensión, la Gran Vía está plagada de Blanches».

La actriz remarca que el texto no tiene que ver solo con la pasión sexual, que se magnificó en el cine al estar representada por Marlon Brando. «Idealizamos una figura a masculina que no deja de ser un hombre violento y que juega con el deseo femenino, es muy interesante de explorar».

Derqui detalla que Kowalski tiene un desgarro afectivo profundo, es héroe de guerra, veterano de la Segunda Guerra Mundial, inmigrante, echo así mismo, que trabaja para conseguir lo que quiere «porque le han dicho, si tú quieres puedes y viene a su casa una profesora de literatura que vive en una burbuja idílica y en el choque, uno tiene que acabar con el otro».

Le describe como un «violento indefenso al sentirse menospreciado», por su falta de cultura. Poza añade que vive en un mundo masculino que no permite la vulnerabilidad en los hombres y entre él y Blanche no se permiten «un poco de compasión».

«Blanche invade su espacio, no tiene herramientas para salir adelante y se instala en el victimismo, la rodea la enfermedad, la muerte y la violencia, llega al sitio equivocado y se encuentra en un mundo que no es el suyo, la guerra está servida», concluye Nathalie Poza.