Un viaje a la inversa: Familias del AI171 enfrentan en la India el duelo y la burocracia

Familiares de las víctimas del accidente aéreo de Air India en el área de recolección de muestras de ADN, necesarias para identificar los restos mortales recuperados. EFE/EPA/RAJAT GUPTA

Ahmedabad (India), 14 jun (EFE).- Los primeros familiares de las víctimas extranjeras del accidente aéreo de Air India han comenzado a aterrizar en Ahmedabad, en el oeste de la India, para enfrentar el duelo y atravesar un laberinto de protocolos y trámites tras una tragedia que, según fuentes policiales, supera ya los 270 muertos.

Familiares de las víctimas del accidente aéreo de Air India en el área de recolección de muestras de ADN, necesarias para identificar los restos mortales recuperados. EFE/EPA/RAJAT GUPTA

El aire acondicionado del aeropuerto internacional contrasta con el calor de Gujarat, pero no ofrece alivio al luto de familias como la de Preeti Pandya. Junto a su madre, Pushpa, aguarda un vehículo.

Su padre, Ramesh Patel, de 77 años y residente en Londres, es una de las 241 víctimas que viajaban a bordo del avión.

«Perdí a mi papá en el avión, Ramesh Patel», cuenta a EFE, entre lágrimas. Agarrada a su brazo, su madre llora sin consuelo.

«Hemos recorrido una gran distancia. Volamos ayer desde el aeropuerto de Londres-Gatwick para venir a identificar a mi padre y cumplir con sus últimas voluntades”, explica Preeti.

Su viaje invierte la ruta del avión que se estrelló el jueves segundos después de despegar, tras emitir una llamada de ‘Mayday’.

La espera de la familia en el aeropuerto ilustra el primer paso de un arduo proceso. Mientras su hermano ya se ha dirigido al Hospital Civil para someterse a la prueba de ADN -un requisito ineludible en una larga cadena de protocolos.-, ellos aguardan.

Para estas familias, el duelo queda en suspenso, a la espera de una confirmación científica que les permita iniciar los trámites de repatriación, cada uno con su propio formulario y sello oficial.

La historia de los Patel es un reflejo de lazos profundos. La comunidad gujaratí es la más numerosa entre los indios residentes en el Reino Unido, lo que explica por qué el avión transportaba a tantos pasajeros con pasaporte británico.

«Era un buen hombre que no pedía nunca nada a cambio de ayudar», dice a EFE el yerno de Ramesh Patel, mientras muestra una imagen de su suegro. La calidez de ese recuerdo personal contrasta con la frialdad de los procedimientos que ahora enfrentan.

De los fallecidos a bordo, 53 eran ciudadanos británicos. A ellos se suman las víctimas en tierra, entre las que se cuentan al menos diez médicos y sus familiares que se encontraban en la residencia del BJ Medical College en el momento del impacto.

Un británico de 38 años, Vishwas Kumar, fue el único superviviente del avión. Su asiento salió despedido de la cabina antes del impacto, ocurrido poco después del despegue, cuyas causas aún se investigan.

Esta noche, al cumplirse 72 horas del suceso, los cadáveres identificados mediante pruebas de ADN comenzarán a ser entregados a los familiares.

Los cuerpos que no requirieron análisis para ser identificados comenzaron a salir ayer de la morgue, en medio de un amplio dispositivo policial, decenas de voluntarios y una elevada presencia de medios locales, nacionales e internacionales. Cada confirmación es el inicio de una nueva fase de papeleo, un proceso que se antoja lento y complejo, gestionado a través de embajadas y entre dos continentes.

Mientras los ingenieros analizan los datos de la caja negra para descifrar los últimos 30 segundos del vuelo, para estas familias el tiempo se detuvo en el instante en que supieron que el avión no había llegado a su destino.

La tragedia del AI-171 figura ya entre las más graves de la historia de la aviación india.

Juan Verano