Una Rumanía dividida espera un enfrentamiento por la presidencia entre bloques opuestos

El líder del partido ultranacionalista AUR, George Simion. EFE/EPA/ROBERT GHEMENT

Bucarest, 5 may (EFE).- Una Rumanía polarizada más que nunca desde el retorno a la democracia en 1990 enfrenta tras la primera vuelta de la polémica repetición de las elecciones presidenciales el domingo, ganada por el ultranacionalista George Simion con claridad delante el proeuropeo Nicusor Dan, un choque entre dos bloques opuestos.

Según el escrutinio prácticamente completado, tanto en el interior como en el exterior del país, el líder del partido nacionalistas populista AUR ganó con 41 % de los votos, casi el doble que su rival más directo, el alcalde de Bucarest, al que se enfrentará en la segunda y decisiva vuelta electoral el 18 de mayo.

Simion recibió más de 3,8 millones de votos, una importante parte de ellos de la diáspora rumana, de la que casi un millón de personas acudió a votar, con más de 60 % a favor del líder ultranacionalista.

Dan, por su parte, logró en la recta final del recuento de papeletas superar al candidato oficialista, Crin Antonescu, que superó por unos 86.000 votos, también gracias a un fuerte apoyo desde la diáspora (25 %).

En la madrugada del lunes, tras estar claro que se había clasificado para la segunda vuelta, Dan reconoció ante sus seguidores que esa votación será difícil y que no será un debate entre políticos individuales, sino más bien un “debate a favor y en contra” de la orientación occidental de Rumanía, un país excomunista miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN.

Dan, quien dirige la Alcaldía de Bucarest desde 2020 como político independiente, añadió que su tarea y la de su equipo de campaña será ahora convencer a la gente de que ése es el marco en el que se llevará a cabo la campaña.

“Soy optimista y creo que ganaremos”, aseguró el matemático de 55 años, formado en Francia en los años 1990.

Preguntado sobre el hecho de que por ahora ni Antonescu, el candidato de la coalición de gobierno formada por socialdemócratas, liberales y la minoría húngara, ni Elena Lasconi, una aspirante centrista, hayan instado abiertamente a sus votantes a votar por él en la segunda vuelta, Dan respondió que eso no es tan importante.

“Lo importante será cómo se posicionará la gente”, concluyó.

Los analistas locales coinciden en que la tarea de Dan para frenar el ascenso al poder de Simion será muy complicada.

“La segunda ronda será interesante. Dan buscará aliados políticos y procurará aumentar al máximo su base electoral. Pero Simion hará lo mismo”, dijo el analista Radu Delicote.

“Los números racionales (de apoyo) están ahora del lado de Simion, pero los números emocionales se consolidarán en unos días”, matizó el experto en declaraciones a EFE este lunes.

Simion, un populista de 38 años cuya carrera política despegó durante la gestión de la pandemia del coronavirus a partir de 2020, no se presentó ante sus seguidores ni las cámaras anoche, y se limitó a enviar un mensaje grabado desde su despacho.

“Juntos escribimos la historia hoy. Nos acercamos a un resultadoexcepcional. ¡Enhorabuena! ¡Sois vencedores! Hoy el pueblo rumano ha votado, hoy el pueblo rumano ha hablado. Es hora de ser escuchado”, dijo en su intervención.

Simion se había presentado en estas elecciones como el “heredero político” del inhabilitado ultranacionalista prorruso Calin Georgescu, quien había ganado contra todo pronóstico la primera vuelta electoral, gracias a una sofisticada campaña en redes sociales, sobre todo TikTok, muy popular en Rumanía.

Esa campaña constituyó, según los servicios de inteligencia y la Justicia rumana, una injerencia desde el exterior, probablemente de Rusia, por lo que los comicios fueron anulados y se acabó convocando una repetición, celebrada el domingo.

El cargo presidencial de Rumanía tiene poderes importantes, sobre todo en cuanto a la política exterior y de defensa, por lo que estas elecciones son clave para la futura orientación política del país.

La UE y la OTAN están observando con especial interés, y preocupación, el proceso electoral, ante la posibilidad, ahora cada vez más plausible, que un ultranacionalista, admirador de Donald Trump y eurocrítico llegue a liderar el país.

Simion es especialmente controvertido en las vecinas Moldavia y Ucrania, donde fue declarado “persona non grata” por haber reclamado en el pasado parte de esos territorios para Rumanía.

El líder de AUR está además en contra de seguir apoyando militarmente a Ucrania en su esfuerzo de defenderse contra la invasión rusa.

Rumanía forma el flanco suroriental de la OTAN y alberga un importante contingente de soldados extranjeros de la OTAN, y tiene un papel clave para la estabilidad y seguridad regional de la zona.

Por otra parte, el país balcánico, uno de los más grandes de la UE con 19 millones de habitantes y a su vez de los más pobres, enfrenta importantes retos económicos.

Rumanía sufre bajo una elevada inflación (5 % el año pasado) y un déficit presupuestario por encima del 9 % del Producto Interior Bruto (PIB), lo que obligará, según los analistas locales, al Gobierno a tomar pronto dolorosas medidas de ahorro.

Alexandra Spanu