Las Palmas de Gran Canaria, 13 may (EFE).- Unicef ha puesto en marcha este martes una formación en Canarias para profesionales de los ámbitos social y sanitario para que «adquieran o se planteen nuevas formas de intervención» orientadas a tratar la salud mental de los menores inmigrantes que arriban en patera o cayuco a las islas.
En declaraciones a los periodistas en la apertura de las terceras Jornadas Salud Mental e Infancia Migrante que celebra Casa África, la presidenta de Unicef en Canarias, Rosa Gloria Suárez, ha señalado que el objetivo es que los profesionales «tengan esa mirada especial para las situaciones de vulnerabilidad que estos niños han pasado en la travesía como la superación que han tenido tras vivir esta ruta migratoria».
En este caso, ha especificado, se aborda la situación de los menores que ya están en los centros de emergencia, «donde llevan más de año y medio», y se generan situaciones de frustración o tensión en centros «en los que por la sobresaturación no se puede cumplir los derechos de la infancia».
«Es una constante que venimos recordando desde Unicef porque queremos que estos niños puedan en centros de integración en lugar de emergencia, para que puedan recibir todos los beneficios que nuestra sociedad aporta a la infancia, no solo de primera necesidad sino también educativo y formativo para su plena inclusión en la sociedad», ha exigido Suárez.
Ante esta incapacidad de atención, Rosa Gloria Suárez ha vuelto a incidir en la necesidad de poner en marcha el reparto de menores migrantes entre las diferentes comunidades autónomas, algo «que parece que no termina de cuajar bien en todas las administraciones públicas», para garantizar la atención y los derechos de la infancia.
Por su parte, la responsable de Políticas de Infancia de Unicef España, Lucía Losoviz, ha resaltado que los profesionales que atiendan a estos niños y niñas «tienen que tener la capacidad de entender cuáles son sus problemas», cambiar su forma de intervención y dar una respuesta individualizada ante situaciones de vida diversas.
«Tenemos que cambiar a un modelo de intervención que fomente que estos espacios sean entornos seguros y protectores. No vale solo con estar en un centro de protección, tienen que estar en un sistema comunitario y educativo. Es parte del bienestar que nunca podemos omitir», ha pedido Losoviz.
Pese a la saturación de los centros, la responsable estatal de Unicef en políticas de infancia ha dicho que «es posible ampliar el radio de intervención» para dar respuesta en un momento de emergencia, peor siempre «desde un enfoque de derechos donde se prime el interés superior del menor para derivarlo a los recursos que necesita».
Losoviz ha remarcado que la situación de vulnerabilidad «es reconocible», ya no solo por las vivencias de los niños en el tránsito, sino también la situación que viven a su llegada, donde sin un diagnóstico precoz e individualizado «es imposible ofrecerles todos los servicios de acuerdo a sus necesidades y derechos».
«Queremos remarcar que estos niños no son números, sino vidas de menores en proceso de desarrollo. Cuanto antes les demos una mejor atención estaremos fomentando su desarrollo e inclusión comunitaria», ha recordado.
La directora general de Protección a la Infancia del Gobierno de Canarias, Sandra Rodríguez, ha remarcado que el «verdadero proceso migratorio» de estos chicos empieza a su llegada».
«Tienen que enfrentarse a multitud de situaciones complejas, el desarraigo, dejar atrás a sus familias, llegar a un país con cultura distinta, la incertidumbre de su presente y futuro… Esto va más allá de buscarles un alojamiento y comida», ha explicado.