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‘Uno de los nuestros: Legado Joan Roca’, la amistad «como valor clave en la cocina»

Imagen de archivo de los hermanos Joan (i) y Jordi Roca (d) trabajando en la cocina de su restaurante Celler de Can Roca de Girona. EFE/Julio Muñoz

San Sebastián, 26 sep (EFE).- Cuando Dani García decidió reunir el pasado febrero a una veintena de compañeros para cocinar en homenaje a Joan Roca, una cámara recogió lo vivido para un documental que es el broche a ese tributo que el chef catalán recibió «como un regalo», una demostración de la amistad que considera «un valor clave en la cocina».

‘Uno de los nuestros: legado de Joan Roca’, dirigido por Jorge Fernández Mayoral y Virginia Jönas Urigüen, se presenta este viernes en la sección Culinary Zinema del certamen donostiarra, con celebración posterior en el Basque Culinary Center, donde Roca y García se pondrán a cuatro manos para ofrecer una cena para 80 comensales.

El chef catalán regenta junto a sus hermanos Jordi y Josep el Celler de Can Roca en Girona, considerado mejor restaurante del mundo en 2017 y 2018 y con tres estrellas Michelin, un negocio del que ninguno de los tres ha planteado retirarse de momento.

Continuar una década más

 «Nuestro plan sigue siendo continuar juntos, al menos una década más, mientras mantengamos la energía, la ilusión y la capacidad de inspirar. Después, ya veremos. Lo importante es que lo que hemos construido trascienda y que quienes vengan detrás puedan seguir escribiendo la historia con sus propias voces», dice Roca a EFE con motivo de la presentación del filme en San Sebastián.

En el documental, admite que no estaba «emocionalmente preparado» para esa enorme muestra de admiración de sus colegas, que sumaban 70 estrellas Michelin y cocinaron platos inspirados en su cocina. Nombres como Toño Pérez, Nacho Manzano, Ricard Camarena y Paco Roncero.

«Fue un momento conmovedor. Sentí el cariño de compañeros, amigos y familia de una manera muy directa. Con el tiempo he podido poner en valor ese instante como un regalo, una oportunidad de agradecer públicamente a todos los que me han acompañado en el camino. Me recordó que detrás de la cocina siempre hay vínculos humanos que son los que realmente sostienen una trayectoria», recalca este profesional que nunca pierde la calma.

En la cocina del Celler de Can Roca nunca se oyen gritos porque creen que «el silencio, la serenidad, el tono pausado son contagiosos». «

«Un servicio de alto nivel necesita precisión y concentración, y eso se consigue mejor en un entorno tranquilo. Nuestra cocina es una cocina de confianza: si confías en tu equipo, no necesitas levantar la voz. Claro que hay presión, pero esa presión se transforma en motivación cuando se gestiona desde la calma», afirma Roca.

Destaca que la amistad «no se impone», sino que «se cultiva con respeto, confianza y generosidad».

 «En la cocina se pasa mucho tiempo juntos. Si eres capaz de poner a la persona por delante del profesional, de escuchar, de acompañar en los buenos y malos momentos, entonces florece la amistad», enfatiza el chef, al que le gustaría que le recordaran «como alguien que intentó hacer feliz a los demás a través de la cocina, con humildad y con pasión».

El legado de Joan

Dani García remarca que Joan deja un legado «que va mucho más allá de los platos».

«Nos ha enseñado a todos que se puede llegar a lo más alto desde la humildad, desde el respeto absoluto al producto y a las personas. Su cocina es brillante, pero su manera de ser lo es todavía más. Creo que esa combinación de excelencia y humanidad es el ejemplo más poderoso que cualquier joven cocinero puede recibir», enfatiza.

Opina que para esa unidad de la que los cocineros dan muestras públicamente «no hay una fórmula secreta», sino «algo más simple: amistad, respeto y admiración mutua».

«La cocina es dura, muy exigente, y por eso cuando nos juntamos entre colegas lo hacemos desde un lugar muy humano. Es apoyarnos, aprender unos de otros y celebrar que, a pesar de la presión y las diferencias, lo que nos une es más grande: la pasión por cocinar», añade.

García asegura que ver ahora en una película «toda la energía» de esa experiencia «irrepetible», que todo haya quedado recogido para siempre «es casi como cerrar un círculo».

«Es memoria, pero también es futuro, porque lo podrán ver las nuevas generaciones y entender lo que significa compartir la cocina», resalta.