León, 22 mar (EFE).- Cerca de cumplirse el primer mes -lo hará el próximo día 25- del anuncio por parte del alcalde de León, José Antonio Díez (PSOE), de que el palacio municipal de deportes de León llevará el nombre de Urbano González Escapa, exjugador de baloncesto enfermo de ELA -esclerosis lateral amniotrófica-, el protagonista reconoce, en una entrevista a EFE, que esta distinción supone “un antes y un después para visibilizar la enfermedad”.
En este sentido no tiene dudas y afirma: “Cuando nuestra generación ya no esté aquí, el nombre seguirá y para la ciudadanía futura será el de un jugador de baloncesto, pero lo más importante, enfermo de ELA, y la visibilidad que ha alcanzado mi enfermedad es espectacular y lo mejor es que perdurará en el tiempo”.
El antecedente de esta propuesta del regidor, a la que se sumaron por unanimidad el resto de los grupos de la Corporación municipal, fue el homenaje que le tributó la Federación Española de Baloncesto (FEB) en el descanso del encuentro del preeuropeo entre España y Bélgica, el pasado 23 de febrero, en el propio escenario que ahora cambiará de denominación desde su inauguración a finales de los 60.
“Me emocioné muchísimo y disfruté de los aplausos”, traslada Urbano en sus contestaciones realizadas a través de sus ojos y de su tablet, compañera inseparable desde hace tiempo cuando se agravó su enfermedad, que le permite la comunicación con el exterior.
Acompañado de su familia, el que fuera prometedor jugador del desaparecido Elosúa León y que luego tuviera una trayectoria en diferentes clubes, llenó el centro de la pista del palacio con su presencia y su ejemplo que le han acompañado desde que se le diagnosticara la enfermedad en junio de 2022.
“Sentí orgullo y satisfacción”, afirma en referencia a las emociones que experimentó durante el homenaje capitaneado por la presidenta de la FEB, Elisa Aguilar.
“Tengo mucha suerte de pertenecer a la gran familia del baloncesto que cuida de los suyos”, recalca.
Valora el gesto del alcalde “porque, al margen de posiciones políticas, es un leonés que defiende a su tierra, incluso en contra de los intereses de su propio partido”, llevó la propuesta que, desde su punto de vista, “dignifica a la denostada clase política”.
Una batalla incansable
Sin embargo, el caballo de batalla sigue siendo la reivindicación que no acaba de encontrar una respuesta, al menos en cuanto a dotación económica adecuada, por lo que, insiste, “una ley sin presupuesto simplemente no sirve para nada, a pesar de que se aprobara la llamada Ley ELA por todos los partidos en octubre de 2024”.
En su mensaje reivindicativo recuerda que con la reclamada dotación presupuestaria las personas que padecen esta enfermedad “podrían elegir vivir, porque ahora no tienen unos 4.000 euros al mes para contratar cuidadores”.
De hecho no tiene dudas en repetir: “Todas las Instituciones del país conocen perfectamente nuestra problemática, pero se necesita que sean valientes y consecuentes con lo que han votado”.
En su incansable tarea por difundir el problema, reclamar sus derechos y recaudar fondos, Urbano González puso en marcha una iniciativa literaria que, según avanza, tendrá continuidad con un segundo libro que ya tiene en mente después del presentado el pasado mes de enero bajo el título “La abeja que enfermó de ELA” en la que une su experiencia vital y también profesional.
Fernando Pérez Soto