Río de Janeiro, 8 jul (EFE).- El nuevo Gobierno de Uruguay tiene excelentes relaciones con Argentina, pese a las diferencias ideológicas de sus líderes, y con Brasil, lo que no le impide recordarle una vieja pendencia fronteriza, pero aún no planea normalizarlas con Venezuela, aseguró su canciller, Mario Lubetkin.
El ministro dijo que su país, que en agosto asumirá la presidencia del Consenso de Brasilia -foro que aglutina a los países suramericanos-, en abril del próximo año la de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y en julio de 2026 la del Mercosur, quiere aprovechar esa coincidencia para hacer un gran esfuerzo por la integración continental.
«Tras solo cuatro meses de Gobierno hemos asumido un conjunto de responsabilidades que queremos aprovechar para darle una mano a la región, a la integración y al desarrollo económico de nuestros países», afirmó en una entrevista que concedió a EFE en Río de Janeiro, en donde acompañó al presidente Yamandú Orsi en la cumbre de los BRICS.
Lubetkin afirmó que, independiente de que la derecha gobierne algunos de los países de la región y la izquierda otros, Uruguay pretende trabajar por una integración que le permita a Latinoamérica caminar hacia la estabilidad y el desarrollo.
Agregó que la integración se puede promover incluso en medio de divergencias ideológicas, como ocurrió en la reunión que el presidente de Uruguay tuvo el jueves con su homólogo de Argentina, Javier Milei, pese a que nadie creía en ese encuentro.
«Desde el cambio de Administración hicimos un gran esfuerzo para, como lo hacemos con Brasil, tener la mejor relación posible con Argentina. Y tanto los ministros de Economía como los de Relaciones Exteriores tuvimos una relación muy intensa de trabajo. No hablo de complementación, pero sí de comprensión», dijo.
Admitió que faltaba tan solo la reunión entre los presidentes, que era considerada como algo sensible y que fue posible al final de la cumbre del Mercosur de la semana pasada en Buenos Aires.
«Fue una reunión que pensábamos que duraría 15 minutos pero que se extendió por media hora en un clima extraordinario y en la que discutimos mucho de economía y de relaciones bilaterales. Salimos muy satisfechos», dijo.
El ministro indicó que Orsi aprovechó el encuentro para invitar a Milei a visitar Uruguay en los próximos meses y que el presidente argentino aceptó para poder seguir avanzando en la mejoría de las relaciones bilaterales.
Lubetkin afirmó que la excelente relación con Brasil no impidió que Uruguay le enviara una «nota verbal» para dejar «constancia» de su malestar por la construcción de un parque eólico por parte de una empresa brasileña en la región fronteriza del Rincón de Artigas cuya soberanía es discutida por ambos países.
«Tenemos relaciones extraordinarias pero eso no significa no afrontar las cosas cuando hay que afrontarlas, cuando hay algo que no nos parece correcto. Tenemos la cristalinidad, la serenidad y la confianza para hacerlo y, en el respeto de nuestra soberanía, de poder señalar a los amigos brasileros que hay algo que aún tenemos que resolver», dijo.
El canciller señaló que Uruguay aún no recibió respuesta de Brasil sobre evaluar una reclamación que se arrastra desde el siglo XIX.
«No es la primera vez que Uruguay reclama. Simplemente que antes eran triángulos al vacío y no había parques eólicos. Hubo un pequeño cambio», explicó.
Sobre Venezuela, afirmó que la decisión de Uruguay de reactivar los mecanismos consulares no significa que haya dado un paso para iniciar la normalización de relaciones.
«Cuando decidimos reactivar los mecanismos consulares, jamás dijimos que habíamos reconocido el resultado de las elecciones presidenciales. Eso está claro y lo hemos dicho en infinitas oportunidades», aclaró.
Agregó que la decisión obedeció a la necesidad de atender las necesidades de miles de uruguayos en Venezuela y un número aún mayor de venezolanos en Uruguay.
Según el ministro, muchos países están haciendo lo mismo con Venezuela porque consideran que las gestiones en los consulados son independientes a las relaciones diplomáticas.
«Nada ha cambiado, nada ha cambiado… No reconocemos los resultados (electorales) y ese es el dato firme que se mantiene», afirmó al ser interrogado sobre la posible normalización de relaciones.
Carlos A. Moreno