València reúne las cuatro décadas del viaje vital y profesional de Úrculo hacia la belleza

Una persona recorre la exposición "Un viajero cosmopolita", que recorre cuarenta años de trayectoria de Eduardo Úrculo, referente del pop art, desde la abstracción y lenguaje expresionista de sus primeras obras, la explosión de color y deseo que marcan su época pop, y una última etapa centrada en el tránsito, la contemplación y el gran viaje de la vida con sus icónicas obras llenas de sombreros, maletas y paraguas. EFE/Ana Escobar

Concha Tejerina

València, 20 feb (EFE).- El viaje como elemento esencial de descubrimiento es una de las temáticas principales de la exposición ‘Eduardo Úrculo. Un viajero cosmopolita’, que acoge la Fundación Bancaja de València, una revisión de la producción artística durante cuatro décadas del creador vasco-asturiano como “insaciable buscador de caminos, belleza y reflexión”.

La exposición, la primera retrospectiva en València de este artista referente del arte español de la segunda mitad del siglo XX, y que estará abierta al público desde este viernes y hasta el próximo 8 de junio, está integrada por 54 obras entre pinturas, esculturas y dibujos, que recorren la trayectoria vital y profesIonal de Eduardo Úrculo (Santurce, 1938-Madrid, 2003).

“Esta exposición habla muy bien del viajero, del hombre y del artista”, ha destacado la doctora en Historia del Arte Alicia Vallina, comisaria de la exposición, durante la rueda de prensa junto a Yoann Úrculo, hijo del artista y embrión de la muestra junto al artista Rafal Trenor, y el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, quien ha destacado que esta retrospectiva era “una deuda pendiente” que ahora se salda.

Tres grandes etapas

Una persona recorre la exposición "Un viajero cosmopolita", que recorre cuarenta años de trayectoria de Eduardo Úrculo, referente del pop art, desde la abstracción y lenguaje expresionista de sus primeras obras, la explosión de color y deseo que marcan su época pop, y una última etapa centrada en el tránsito, la contemplación y el gran viaje de la vida con sus icónicas obras llenas de sombreros, maletas y paraguas. EFE/Ana Escobar

La muestra se estructura en tres grandes etapas: la abstracción y lenguaje expresionista de sus primeras obras; la explosión de color y deseo que marcan su época pop, protagonizada por la mujer y el erotismo; y el tránsito, la contemplación y el gran viaje de la vida con sus icónicas obras llenas de sombreros, maletas y paraguas.

Las obras de la etapa de la abstracción, creadas durante la década de los 60, dejan ver obras de pequeño formato con tonalidades grises, pardas y oscuras que representan a personajes solitarios, desesperados y tristes marcados por un expresionismo dramático y social en la época de la crisis del carbón en Asturias.

Aunque abandonó pronto la abstracción, en estas obras del inicio de su carrera se hace eco del casticismo de lo popular, del dolor y del sufrimiento, y transitan por el mundo de la mina, de su pasado, de la gente abatida por la pobreza, la desesperación y la soledad.

Ya a finales de los años 60 da paso a una nueva etapa, un “cambio brutal” marcado por el descubrimiento de pop americano y la explosión de color al desplazarse a Ibiza, donde se detiene en la erótica del desnudo y en propuestas coloristas, sensuales y hedonistas.

En su tercera etapa, el núcleo esencial de la muestra transita por ciudades cosmopolitas, se deleita en los objetos silenciosos que le rodean y se deja admirar por el mestizaje y cosmopolitismo de Nueva York, aunque también comparte la soledad y melancolía del hombre moderno que muchas veces retrató en sus composiciones “como testigo mudo de la ciudad”.

“Viajero empedernido y descubridor de nuevos mundos”

Una persona recorre la exposición "Un viajero cosmopolita", que recorre cuarenta años de trayectoria de Eduardo Úrculo, referente del pop art, desde la abstracción y lenguaje expresionista de sus primeras obras, la explosión de color y deseo que marcan su época pop, y una última etapa centrada en el tránsito, la contemplación y el gran viaje de la vida con sus icónicas obras llenas de sombreros, maletas y paraguas. EFE/Ana Escobar

“Hay tantos úrculos y visiones tan distintas…”, ha destacado la comisaria de la exposición, para quien el artista era un “viajero empedernido y descubridor de nuevos mundos. Le gustaba retratarse como testigo de esa ciudad que estaba descubriendo y del que se dejaba descubrir”.

“Habla del descubrimiento de una ciudad que le apasionaba y que forma parte de su iconográfia de viaje -sombrero, maletas, paraguas- que también trasladó a la escultura”, ha indicado.

Durante la presentación de la muestra se ha destacado la “pasión inmensa” que Eduardo Úrculo tenía con el cine y la amistad que mantenía con el director José Luis Garci, para cuyas películas hizo algunos carteles, entre ellas ‘You’re the one’ o ‘El abuelo’.

Yoann Úrculo ha recordado que a su padre le gustaba mucho el cine negro y, con 20 años, ya se disfrazaba de gánster con gabardina y sombrero, ha señalado que sus últimas obras fueron de temática oriental y cubistas, influido por Juan Gris, aunque en esta retrospectiva valenciana no se expone ninguna de ellas.