Javier Herrero.

Madrid, 22 may (EFE).- Vanesa Martín estrena casa, literal y metafóricamente, pues, ante la “necesidad de salir de una línea editorial” que ya le iba “aburriendo”, lanza con otra discográfica un álbum “libre” que se ha atrevido a decorar con texturas como el “autotune”, géneros como la bachata y un retrato de Chavela Vargas en lugar bien visible.

“Es uno de mis referentes. Cuando le puse a Joaquín (Sabina) este disco y sonó ‘No supimos querer’, se sonrió y me dijo: ‘¡Qué pena que no la hayas conocido en persona! Probablemente se hubiera enamorado de ti y hubierais sido grandes amigas'”, recuerda la compositora e intérprete malagueña con orgullo en una entrevista con EFE.
El tema en cuestión forma parte de su noveno álbum, ‘Casa Mía’, que ve la luz este viernes. No lo canta con la costarricense, pero sí con quien ha sido otro referente para Martín (Málaga, 1980) además de uno de sus principales confidentes en los últimos años, el citado Joaquín Sabina.
“Yo veía que podíamos hacer algo ahí juntos, pero no me atrevía a pedírselo. Cuando tienes mucha confianza con alguien pero a la vez lo admiras, te sale un pudor extraño porque respetas mucho su espacio y fue gracias a mi mánager, Ana Blanco, que le dijo a Jimena (Coronado, pareja del jienense): ‘Estos dos llevan tiempo queriendo materializar algo, ¿por qué no ahora?'”.
Reconoce que fue “esquiva” en cuanto a mostrarle a Sabina este nuevo disco por sus hechuras, “luminoso, diverso, con un ritmo tropical” innegable gracias a la producción del colombiano Luis Miguel Gómez Castaño, “Casta”, de cuya mano se ha internado en el bolero, la cumbia y la bachata (‘Objetos perdidos’), pero también en el pasodoble, el pop electrónico y la copla (‘Cómo te digo’).
“Este disco me tiene muy, muy, muy enamorada. Es un disco que a mí misma me carga la pila. Es para levantarse por la mañana, dejar de pensar y empezar a sentir”, subraya “como un mantra”.
Sobre qué le llevó a todos estos cambios, que incluyen un contrato discográfico con Universal Music, explica: “Necesitaba sentir nuevas metas, que me miraran de manera diferente, que los prejuicios -para bien y para mal- se apartaran, salir de lo preestablecido y de una línea editorial que ya me estaba aburriendo un poco”.
Lo ha titulado ‘Casa Mía’ y no ‘Mi casa’ porque esta última le parece “más posesiva y más pobre en cuanto al significado”. En esa línea, afirma que ha construido con este álbum un “hogar” que puedas llevarte contigo, donde “no hay paredes ni límites para poder ser tú con tu corazón, con tu emoción, tus recuerdos, tus sentimientos y con tu fuerza”.
Entre sus recuerdos personales, muchos percibirán en el corte que lo abre, ‘Tiempo real’, retazos de ‘Esta cobardía’ de Chiquetete, que era la banda sonora de sus viajes de niña en el coche familiar. Donde aquel cantaba “Esa cobardía de mi amor por ella / hace que la vea igual que una estrella”, Martín responde “en positivo”: ‘Esta cosa mía de mi amor es bella / Llegué hasta tu estrella y te pude alcanzar”.
Con esa actitud y el tiempo suficiente “para probar y fluir sin presión” le resultó fácil encontrar muebles con los que decorar todo el álbum y se quedó con 12 de las 42 canciones que reunió en total, muchas de ellas ya producidas “como para amueblar la casa de invitados”, apunta entre risas.
“He disfrutado mucho y he salido de mi zona de confort, atreviéndome con elementos nuevos como el autotune, utilizado como un complemento, y en mi viaje de la gira a Latinoamérica me he dejado impregnar”, cuenta sobre un disco en cuya producción se ha involucrado mucho y que, por momentos, también contiene la sensualidad de Jeanette.
Todos esos sonidos los llevará al directo en una nueva gira que arranca el 31 de mayo en Fuengirola (Málaga) y recalará, entre otras ciudades, en Mérida (7 de junio), Valencia (10 de julio), Sevilla (12 de septiembre), Madrid (4 de octubre) y Barcelona (25 de octubre).