Miami (EE.UU.), 25 ago (EFE).- Hace exactamente 20 años, el huracán Katrina inició un ciclo de destrucción que no terminó hasta pasados diez días, durante los que azotó el sur de Estados Unidos y sumergió gran parte de la ciudad de Nueva Orleans. Más de 1.300 muertos y daños valorados en más de 125.000 millones de dólares fueron su legado.
Pese a las advertencias de los meteorólogos sobre su intensidad y las órdenes de evacuación en poblaciones como Nueva Orleans, el exceso de confianza de las autoridades y las comunidades locales dejaron un caldo de cultivo que precedió a la masacre.
El Katrina, el duodécimo ciclón y el quinto huracán de la temporada del Atlántico en 2005, es uno de los cinco huracanes más mortales que han alcanzado Estados Unidos y el más costoso del que se tienen registros.
Tocó tierra en Florida
El Katrina tocó por primera vez tierra el 25 de agosto de 2005 en el sureste de Florida, convertido en un huracán de categoría 1 -de un total de 5 en la escala Saffir-Simpson-, un día después de haberse formado al sureste de las Bahamas.
Ya entonces dejó rastró de su potencial destructivo al ocasionar inundaciones y catorce muertos en Florida.
Lo peor, no obstante, estaba por venir en los próximos días. Tras intensificarse a su paso por el Golfo, el huracán llegó a la categoría 5 y registró vientos máximos sostenidos de 280 kilómetros por hora antes de alcanzar la costa sur de EE.UU., donde causó los mayores estragos.
Un aviso profético
«En el Servicio Meteorológico emitimos el 28 de agosto un informe que contenía un lenguaje que realmente resaltaba lo que estaba a punto de suceder. Predijo el daño devastador», recuerda 20 años después a EFE el meteorólogo Mike Buchanan, del Servicio Meteorológico Nacional de Nueva Orleans/Baton Rouge.
«Poco después, Nueva Orleans emitió su primera evacuación obligatoria, porque el lenguaje en esa declaración que emitimos era, básicamente, profético. Pronosticó muchas de las cosas que lamentablemente sucedieron», añadió el experto.
El Katrina hizo su reentrada a tierra cerca de la localidad de Buras, unos 80 kilómetros al sureste de Nueva Orleans, y siguió hacia el norte causando también daños y víctimas en los estados de Misisipi y Alabama antes de desvanecerse cerca del norte de Estados Unidos.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), a los fuertes vientos se sumaron marejadas ciclónicas de entre 7 y 8 metros de altura que impactaron principalmente en la costa de Misisipi.
Aunque inicialmente las autoridades reportaron la muerte de más de 1.800 personas, el servicio rebajó en 2023 esa cifra a 1.392 tras haber analizado los registros médicos de la mayoría de víctimas.
Cerca de 1.000 de esos decesos se registraron en Louisiana, principalmente en Nueva Orleans, la mayor ciudad del estado, como consecuencia de las inundaciones. El otro estado más afectado, Misisipi, contabilizó alrededor de 200 fallecidos, principalmente por inundaciones en los condados costeros.
«Una de las principales lecciones que aprendimos de Katrina es el impacto devastador que tiene el agua. Eso fue lo que finalmente hizo que los diques se rompieran y el 80 % de Nueva Orleans se inundara», admite Buchanan.
Inundaciones en el 80 % de Nueva Orleans
Las advertencias del NHC llevaron a las autoridades locales a ordenar la evacuación de los residentes de Nueva Orleans y a abrir refugios para aquellos que decidieran permanecer.
Sin embargo, ya fuera por la falta de comunicación efectiva o un exceso de confianza, muchos vecinos optaron por quedarse en sus casas, mientras las autoridades desoían las alertas sobre la capacidad de los diques de la ciudad -situada bajo el nivel del mar- para contener la cantidad de agua que iba a dejar el Katrina.
«Los métodos de comunicación no incluían las redes sociales. Hoy en día hay muchas más formas de difundir el mensaje. Esas son algunas de las limitaciones que existían hace 20 años», dijo Buchanan.
El huracán hizo que varios diques sobrepasaran su capacidad o se rompieran el día del impacto, y no fue hasta 43 días después que todas las aguas fueron retiradas.
La mayoría de las muertes, según las autoridades de Louisiana, fueron personas mayores de 60 años que quedaron atrapadas por el agua en sus hogares.
En cuanto a los daños totales producidos por el huracán en Estados Unidos, se estimaron en 125.000 millones de dólares -200.000 millones ajustados a la inflación-, lo que convierte en el más costoso registrado en el país.

¿Puede volver a ocurrir?

Después del Katrina, Estados Unidos ha experimentado huracanes incluso más mortíferos, como el huracán María, que causó la muerte de casi 3.000 personas en Puerto Rico y cuyos daños ascendieron a 115.000 millones de dólares.
Sin embargo, Buchanan indicó que los modelos son hoy en día más precisos y la forma de difundir el mensaje, especialmente mediante imágenes o gráficos, ayudan a que las autoridades o el público se haga una idea más clara sobre futuros ciclones.
Una mejora que parece ser necesaria, puesto que el calentamiento del planeta y de los océanos debido a la crisis climática parece estar detrás del aumento de intensidad de los huracanes, como advierten estudios de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Hugo Barcia