Madrid, 6 may (EFE).- Víctor Claver (Valencia, 1988) es una figura clave para entender el nivel que ha alcanzado el baloncesto español en los últimos años. Miembro de la lista de dieciséis jugadores nacidos en España que han jugado en la NBA, ha sido además una figura clave en la Selección y en sus clubes, pese a no centrar las miradas que sí han acaparado otros.
Ahora, intenta transmitir todo lo que ha aprendido en su carrera a través de iniciativas como su participación en el ESC Day de la ESC American School, donde junto al ex futbolista Marcos Senna entrenará de forma gratuita a los jóvenes de 12 a 18 años que se apunten en la web del centro, el próximo sábado en la madrileña localidad de Villaviciosa de Odón. EFE le ha entrevistado.
Pregunta: ¿Qué ha sido de su vida después de la retirada? ¿el vacío es muy grande?
Respuesta: Sí, ha cambiado mucho. Sobre todo la rutina, el día a día es muy diferente. Yo me había preparado para este momento y para poder asimilarlo bien y estar tranquilo, sobre todo con mi decisión. Creo que me ha resultado más fácil por eso. Entre lo ocupado que estoy y las ganas que tenía de coger un poco de aire, yo creo que he encontrado un buen equilibrio de lo que quería en este momento.
P: ¿Hacia dónde quiere encarrilar ahora sus pasos? ¿le atraen los banquillos?
R: No del todo, no me veo siguiendo dentro de la dinámica de un equipo profesional. Ahora estoy enfocado en ayudar a otros deportistas gracias a mi experiencia y las vivencias que he tenido, en poder aportar algo para otros y ayudarles en lo que pueda.
P: Usted, que ha vivido desde dentro la NBA, cada vez son más los jóvenes españoles que se van de las canteras de los clubes de aquí para fichar por universidades americanas. ¿Aciertan?
R: Cada jugador es un mundo. En su día tuve la oportunidad de ir a la universidad. Me quedé en Valencia porque tenía la opción de dar el salto a la ACB. Hay jugadores que quizá no lo tienen tan fácil y prefieren esa formación, porque además allí se une a la de los estudios, que es algo que aquí cuesta un poco más. Además, ahora se les puede pagar, también tienen ese incentivo de empezar a cobrar antes. Cada uno tiene que tomar las decisiones dependiendo de su situación. Igual que muchas veces se compara el salto a la NBA, si tiene que ser antes o después, yo creo que cada uno tiene que llevar su camino y confiar en él.
P: ¿Puede funcionar el desembarco que parece que quiere hacer la NBA en Europa?.
R: Es un tema delicado. Entiendo la visión que pueda tener la NBA de mejorar a nivel industria el baloncesto en Europa, porque creo que se puede explotar mejor a nivel de televisiones, de patrocinios. Pero es verdad que no se puede inventar algo de cero. Tienen que respetar la cultura y las aficiones que hay aquí y, a partir de ahí, sí poder mejorar lo que hay. No crear algo de cero igual que el modelo que tienen ellos, porque a nivel cultural es muy diferente de Estados Unidos a Europa. Esa tradición que hay aquí no se puede cambiar de un día para otro.
P: ¿En qué posición quedarían equipos como el Valencia Basket, que en principio no estarían entre los participantes?
R: Una de las claves en caso de crear una liga así tendría que ser que no sea cerrada. Yo creo que es la mayor lucha que hay en el baloncesto europeo, incluso con la Euroliga. Lo ideal es una liga en la que los equipos puedan entrar y tengan ese incentivo para poder crecer y poder estar entre los mejores, es algo que sí que tiene que mejorarse en Europa. La división que hay ahora mismo tampoco beneficia ni al aficionado ni al baloncesto.
P: Ha vivido en una época que ha sido gloriosa para el baloncesto español. Cuando lo mira con perspectiva, ¿qué supone haber formado parte de esa generación?
R: Me siento un afortunado de haber podido aprender de esa generación en 2006, de haber disfrutado junto a ellos y haber vivido todo lo que hemos vivido juntos. Y luego los años siguientes. Creo que somos afortunados de todo lo que hemos podido vivir y ojalá no acabe aquí. Ojalá podamos decir que esta generación ha sido el inicio y no solo una generación con un principio y un final.
P: En la Selección y como jugador de clubes, una de sus principales virtudes ha sido siempre la capacidad para defender. ¿Se valora menos de lo que merecen a los jugadores de su perfil?
R: Es menos vistoso. Con la estadística avanzada, lo que cuenta más son los números que se hacen en ataque. Pero al final un equipo depende de que cada jugador cumpla bien su rol y es en lo que me enfocaba yo, En desempeñar mi rol lo mejor posible. A veces era un trabajo menos vistoso, pero que ayudaba al equipo a ganar, que al final era el objetivo principal.
P: Cuando las lesiones son recurrentes, como le ha pasado a usted, ¿duele más en lo físico o en lo anímico?
R: Más en lo anímico. Sobre todo las lesiones que no sabes cuándo vas a volver a estar en la pista, en las que tienes esa incertidumbre, es cuando más cuesta. He tenido lesiones graves en las que me han dicho los plazos de recuperación y aunque sean largos sabía más o menos lo que me iba a costar. Sin embargo, otras un poco menos graves, que vas ahí en el día a día y ves que no evoluciona… eso cuesta más. No se ve desde fuera y cuesta mucho, sobre todo a nivel mental, el poder volver bien.
P: ¿Es más gratificante ganar un Mundial con España, un título europeo con el Valencia o ser hijo predilecto de Valencia?
R: Por suerte he podido cumplirlo todo y me siento afortunado. Yo creo que un Mundial con España significa mucho a nivel personal y también a nivel social. Hemos tenido la suerte de poder tener impacto más allá del baloncesto, en la sociedad, de aprender de una gran generación que vio que se podía hacer cosas grandes siendo español. Yo creo que eso va más allá del deporte y es algo muy bonito y muy gratificante.
Carlos Mateos Gil