Sevilla, 22 may (EFE).- El escritor y periodista español Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957) ha ganado esta noche el Premio de Novela Fernando Lara, dotado 120.000 euros, con la obra “Misterio en el barrio gótico”.

Vila-Sanjuán, que ganó el premio Nadal en 2013, ha recibido el premio en Sevilla durante el transcurso de una cena de gala en los Reales Alcázares, en esta trigésima edición que ha batido su récord de participación, con un total de 1.116 obras presentadas.
Tras recibir el premio de manos del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el escritor ha confesado sentirse muy emocionado porque conoció personalmente a Fernando Lara, editor e hijo del fundador de Planeta, Juan Manuel Lara Hernández, por tratarse de la trigésima edición de este premio y por todos los que lo han ganado antes, y por tratarse de una distinción instaurada en Sevilla, a la que unen razones sentimentales de amistad.
También porque en la primera edición de este premio el escritor afortunado fue Terencia Moix, a quien calificado de “maestro y amigo”.
“Misterio en el barrio gótico”, que será publicada por la editorial Planeta, ha sido definida por su autor como “una novela de misterio, pero de misterio literario” para la que también ha empleado las estrategias narrativas de las narraciones de misterio y de algunos superventas “para que sea entretenida”.
El autor ha adelantado que en su argumento se mezcla el pasado y el presente, ya que su protagonista es un veterano periodista cultural que compagina su trabajo en un periódico con investigaciones biográficas, una de las cuales le lleva en pos de una madre que fue hippie.
Esa búsqueda transcurre paralela a una serie de hechos misteriosos que suceden en el Barrio gótico de Barcelona, como el hallazgo de unos restos humanos en un antiguo palacio o la amenaza de un inminente atentado terrorista.
Jefe de Cultura del diario ‘La Vanguardia’, el autor ha admitido que su protagonista tiene un 40 por ciento de él mismo, sobre todo en lo que atañe a “una cierta curiosidad por la vida y al insomnio”, también por haber comprobado cómo muchos compañeros de profesión “se han ido o están muy estropeaditos”.
Pero ha advertido que en absoluto se trata de una novela de decadencia sino, si acaso, “de cómo llevar con la máxima alegría la tercera edad o el tercer capítulo”, ya que él, ha confesado, ha sido inmensamente feliz ejerciendo el periodismo cultural: “He tenido mucha libertad, he aprendido mucho, y eso me ha valido más que haber hecho una fortuna”.
Del argumento de la novela ganadora ha explicado que tiene un trasfondo histórico y literario y que como desde 2015 es miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, con sede en el Barrio Gótico, con frecuencia pasea por esas “calles empedradas, llenas de bajorrelieves y gárgolas, calles misteriosas” que le han servido para reflexionar sobre cómo las ciudades con grandes cascos históricos van reinventándolos a lo largo de la historia.
En el argumento de la obra hace confluir “el turismo y la cultura” ya que “ante cascos históricos muy restaurados y muy visitados, no es el pasado lo que puede verse sino un presente muy retocado; ver el pasado como fue es imposible”, ha dicho para admitir que esa circunstancia también tiene un lado positivo, y es el de la conservación de esos cascos históricos.
El peligro, ha incidido, es que se conviertan en una especie de “Disneylandia” o que “la masificación los devore”, y ha comentado que Barcelona, que no fue una ciudad turística hasta seis o siete años después de las Olimpiadas, fecha a partir de la cual sufrió una masificiación muy fuerte, en su novela tiene una alcaldesa pero que -ha aclarado con humor- “no se parece a nadie”.