Violaciones grupales, sado y cámaras ocultas: así actuaba el líder de la red de pederastia

Imagen de archivo ( 26/06/2024) de un coche de los Mossos d'Esquadra.
 EFE/

Barcelona, 13 may (EFE).- El electricista para el que la Fiscalía pide 107 años de cárcel por violar reiteradamente a una menor vulnerable lideraba una red de pederastia con la que organizó agresiones sexuales en grupo a adolescentes, en ocasiones con prácticas sadomasoquistas, que grababa con cámaras ocultas en su piso de Barcelona.

Según datos de los Mossos d’Esquadra, que detuvieron al supuesto pederasta en junio de 2022 y por segunda vez en abril de 2024, el hombre operaba en un piso de Ciutat Vella de Barcelona en el que residía y que trataba de camuflar ofreciendo alquiler de habitaciones por internet, lo que le permitía justificar el tráfico de personas.

El acusado controlaba presuntamente la prostitución de menores que se hacía en el piso, hacía la promoción con reportajes fotográficos, buscaba a otros hombres para violar a las chicas, pactaba el precio y facilitaba el escenario donde se llevaban a cabo las agresiones sexuales, que grababa con cámaras ocultas.

De hecho, según la investigación que llevaron a cabo los Mossos d’Esquadra, en algunas de las agresiones sexuales en el piso del acusado se sometía a las víctimas a prácticas sadomasoquistas y a violaciones grupales, nunca con medidas de profilaxis.

Regalos, dinero y drogas para evitar denuncias

Según los Mossos, el acusado y los demás supuestos depredadores se aprovechaban de las necesidades económicas o psicosociales y las adiciones de algunas de las víctimas para ganarse su confianza a base de regalos, dinero o droga, para intentar crear un lazo emocional con ellas para que no les denunciaran.

Los Mossos, que en junio del pasado año dieron por desarticulada la supuesta red de pederastas que dirigía el acusado, localizaron una conversación en redes entre el electricista y otra persona, que se prolongó durante seis años, en la que compartían su actividad criminal vinculada a la explotación sexual de menores y en la que se contabilizaron referencias a 79 agresiones sexuales sobre menores de edad.

Grabó 250 vídeos de agresiones sexuales entre 2016 y 2022

El acusado, que supuestamente grabó 250 vídeos de agresiones sexuales cometidas por él y por terceras personas entre 2016 y 2022 en varios puntos de España, tiene antecedentes policiales por prostitución de menores en Valencia en el año 2010.

Cuando los Mossos dieron el golpe policial a esta red, detuvieron al electricista y a otros quince supuestos pederastas e identificaron a once víctimas -dos chicas y nueve chicos-, aunque en los vídeos aparecían otros 14 agresores y otras 14 víctimas.

Según los investigadores, los agresores eran plenamente conscientes de que las víctimas eran menores de edad y acudían al piso tras acordar con el acusado la práctica de sesiones de violaciones grupales que este les proponía a través de redes sociales y programas de mensajería instantánea.

Tres causas judiciales

La red que lideraba el electricista ha dado pie a tres causas distintas en el juzgado de instrucción número 6 de Barcelona: en la primera que llegará a juicio, la Fiscalía pide 107 años de cárcel para el cabecilla de la trama por violar a una menor vulnerable, grabar las agresiones sexuales y entregarla a terceros, a través de redes sociales, para que también la agredieran.

Además de la causa abierta por las agresiones sexuales perpetradas por el electricista a esta joven, el juzgado tiene abiertas otras dos investigaciones centradas en los hombres que también violaron a esa menor y a los integrantes la red de pederastia, de la que los Mossos identificaron inicialmente a 11 víctimas aunque la cifra podía ascender a 25.

Cuando ocurrieron los hechos, la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) -que consultada por EFE ha declinado hacer valoraciones del caso- tenía la guarda de la menor, por su situación vulnerable, aunque los tutores legales seguían siendo los padres.

La Generalitat, de hecho, no está personada en el procedimiento como acusación particular al no tener al tutela de la menor, han informado fuentes cercanas al caso.

En una entrevista en la emisora RAC 1, uno de los educadores del centro donde vivía la adolescente ha explicado que esta había aludido en alguna ocasión a situaciones que parecían indicar que sufría agresiones sexuales, pero hasta que no vieron el contenido de su teléfono no tuvieron constancia de las violaciones.