Vuelven a casa para descansar en su tierra 17 fusilados aragoneses en la Guerra Civil

Los ministros de Política Territorial y Memoria Democrática y Educación, Ángel Víctor Torres (i) y Pilar Alegría (c), durante la entrega de los restos mortales de las 17 víctimas aragonesas de la Guerra Civil, cuatro de ellos identificados, que tras su asesinato fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de Borja y posteriormente exhumados sin el conocimiento de sus familiares y trasladados al Valle de Cuelgamuros, este miércoles en Magallón (Zaragoza). EFE/ Javier Cebollada

Magallón (Zararagoza), 12 mar (EFE).- Después de décadas de espera, los restos de 17 aragoneses fusilados en agosto de 1936, al comienzo de la Guerra Civil, y que fueron trasladados sin consentimiento desde una fosa común del cementerio de Borja (Zaragoza) al Valle de Cuelgamuros han “vuelto a casa” y han sido entregados a sus familias para recibir el entierro que les arrebataron.

Este acto de reparación histórica, que se ha celebrado en el Auditorio Ramón Salvador de Magallón (Zaragoza), supone un paso más en la recuperación de la memoria de quienes fueron silenciados.

“Ahora podrán llevar flores a donde realmente quieran”, ha destacado el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, en referencia a las familias que durante décadas llevaron flores a fosas comunes sin saber que sus seres queridos habían sido trasladados.

Torres ha acompañado junto a la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, a Esteban Lagota, alcalde de Magallón, Sonia Chueca, y Pilar Gimeno, nieto, biznieta y sobrina, respectivamente, del entonces alcalde, Esteban Jiménez Ezpeleta; Juan Chueca Segarra, jornalero y padre de 5 hijos, y el albañil Felipe Gil Gascón.

Son tres de los vecinos de Magallón que fueron asesinados en agosto de 1936 y que han sido identificados junto con Pedro Peralta Gil, natural de Añón de Moncayo y fusilado en el mismo proceso.

Muy emocionado, Esteban Lagota ha agradecido este “acto humano”, de satisfacción y a la vez de nostalgia. “No sé si sería cerrar un círculo, pero sí una pequeña reparación”, ha destacado el alcalde magallonero, quien ha explicado que su familia supo por casualidad que su abuelo había sido llevado al valle de Cuelgamuros.

El ministro ha rememorado la “suerte” que tuvo en junio de poder llamar al alcalde y comunicarle que entre los identificados estaba su abuelo. “Me decía que este acto, al margen de creencias o ideología, era para aplaudir. Un acto de reparación que nadie debe rechazar”, ha enfatizado.

“Hoy disfrutamos de la democracia gracias a quienes incluso perdieron la vida para que así fuera”, ha reconocido el ministro, quien ha añadido que en esta labor todavía “queda mucho trabajo” para que las generaciones jóvenes “sepan cuál fue el sacrificio y cómo les arrancaron la vida por defender sus ideas”.

Para Alegría, el de hoy ha sido un acto “de memoria, justicia y reparación” 66 años después de que estos jornaleros fueran exhumados, toda vez que ha resaltado el trabajo conjunto del Gobierno, asociaciones memorialistas e historiadores para dignificar a las víctimas.

En este sentido, Torres ha explicado las dificultades que se ha encontrado el Gobierno en el proceso de exhumación, pero en el que siguen trabajando “para que nadie permanezca en una fosa sin identificar” porque estos han sido los primeros, pero quedan muchas fosas por abrir”, ha agregado Alegría, y se seguirá “trabajando para dar a cada familia el derecho a una digna sepultura en su municipio”.

El auditorio, levantado sobre las ruinas de la iglesia mudéjar de Santa María de la Huerta, ha congregado a decenas de vecinos del municipio, así como a allegados de los fusilados, y a la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Gloria Pérez, en un acto en el que se han leído poemas de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.