Ciudad de México, 24 sep (EFE).- La organización humanitaria estadounidense World Vision alcanzó la cobertura universal de agua potable en el municipio de San Juan, Honduras, lo que calificó la entidad como un logro histórico en una de las zonas más afectadas por la pobreza y la sequía del corredor seco centroamericano.
“Hace apenas una década, las familias de San Juan tenían que caminar más de una hora para recoger agua contaminada de fuentes superficiales. Hoy el 100 % de los hogares cuentan con agua segura en sus viviendas”, dijo a EFE el director de World Vision para Centroamérica, Jorge Galeano.
El proyecto, desarrollado durante 15 años bajo el programa de Área San Juan, de World Vision Honduras, benefició a más de 36.000 personas y se apoyó en un modelo de colaboración entre comunidades, municipios, iglesias y sector privado.
Agua como motor de desarrollo

San Juan está ubicado en el corredor seco, una franja que va desde el sur de México hasta Costa Rica y que concentra algunos de los municipios más pobres de la región debido a las lluvias escasas y suelos degradados, lo que origina las tasas más altas de desnutrición y vulnerabilidad.
“En el caso de San Juan, hicimos diagnósticos comunitarios e identificamos la mayor problemática que enfrentaban en esos municipios, y uno de los más puntuales es la necesidad de agua”, explicó el ejecutivo.
El acceso universal fue posible gracias a sistemas comunitarios, captación de agua en las montañas y perforación de pozos en las zonas más áridas.
World Vision cubrió cerca del 30 % de la inversión, mientras que las comunidades aportaron otro 30 % en mano de obra y recursos. El resto se financió con apoyo de municipalidades, sector privado y cooperación internacional.
Impacto en la niñez y la economía local

El agua potable permitió mejoras en salud, educación y economía. La desnutrición crónica infantil, que afectaba a un 34 % de los menores en San Juan, cayó al 1 %, mientras que en el municipio vecino de Dolores descendió del 46 % al 4 %, según datos de la organización.
“En los últimos tres años hemos tenido cero mortalidad infantil”, subrayó el director.
En paralelo, más de 2.100 niños y niñas fueron retirados del trabajo infantil para asistir a centros de cuidado, donde reciben alimentación y estimulación temprana.
Estos espacios, creados con apoyo de la Asociación de Caficultores de Honduras (Adecafeh) y la multinacional JDE Peet’s, permiten que los hijos de los jornaleros estén protegidos durante la cosecha de café.
La educación también dio un salto con la mejora de 142 escuelas, que hoy cuentan con bibliotecas, tecnología y enseñanza de inglés, además de programas juveniles como ‘Teens Ready’, que capacitan a adolescentes en emprendimiento y empleabilidad.
En el ámbito económico, unas 2.300 familias incrementaron sus ingresos gracias a prácticas agrícolas sostenibles y proyectos de riego para cultivos de alto valor como chile, tomate y sandía, impulsados por el excedente de agua.
Modelo replicable en el corredor seco Galeano subrayó que el éxito de San Juan se debió a la cohesión comunitaria y la articulación de actores locales.
La organización humanitaria espera que este modelo se replique en otros municipios del corredor seco, donde miles de familias aún carecen de acceso a agua potable.
“Lo que hemos logrado demuestra que, con el esfuerzo colectivo y la participación de la comunidad, es posible transformar realidades marcadas por pobreza y vulnerabilidad”, concluyó.