Pekín, 21 ago (EFE).- El presidente chino, Xi Jinping, instó a la «unidad» durante una inusual visita al Tíbet, cuya capital, Lhasa, acogió este jueves una ceremonia para conmemorar el 60º aniversario de la creación de la Región Autónoma, seis años después de la huida al exilio del dalái lama a la India tras un levantamiento fallido.
Se trata del segundo viaje de Xi como presidente a la región y está marcado por su simbolismo político después de que el decimocuarto dalái lama reafirmara que sólo la Fundación Gaden Phodrang, fundada por él, tiene autoridad para reconocer su futura reencarnación.
Pekín, por su parte, insiste en que su sucesor «deberá buscarse dentro de China y recibir la aprobación del Gobierno central».
Xi instó ayer a funcionarios de la región a construir un Tíbet «unido, próspero, civilizado, armonioso y hermoso», recoge la agencia estatal Xinhua, pese a las persistentes críticas internacionales sobre la situación de los derechos humanos y la libertad religiosa en la región himalaya.
El líder chino, que no mencionó directamente al dalái lama, agregó que se debe «garantizar la estabilidad» y «guiar al budismo tibetano en su adaptación a la sociedad socialista», destacando «la importancia de mantener el liderazgo del Partido Comunista chino (PCCh)» en la región.
Mientras, el principal asesor político chino y cuarto funcionario de mayor rango del Partido, Wang Huning, destacó hoy en una ceremonia conmemorativa -a la que asistió el Xi- que el Tíbet ha entrado «en su mejor período de desarrollo».
El funcionario enfatizó los «importantes proyectos y políticas nacionales que han transformado la región», lo que ha llevado a «una mejora en el nivel de vida y a un Tíbet socialista vibrante y moderno».
«Esto demuestra plenamente el fuerte liderazgo del PCCh y las importantes ventajas políticas de nuestro sistema socialista», agregó.
Segunda visita de Xi como presidente
Xi llegó el miércoles al Tíbet en su segunda visita como jefe de Estado para participar en estos actos conmemorativos.
Imágenes retransmitidas por la cadena estatal CCTV mostraron hoy a decenas de personas en la plaza del Palacio de Potala portando una bandera gigante de China, así como la insignia del PCCh o retratos de Xi, que desde su llegada al poder construyó un marcado culto en torno a su personalidad.
La primera visita de Xi al Tíbet como presidente tuvo lugar en 2021, con motivo del 70 aniversario de la denominada por Pekín «liberación pacífica», cuando tras la entrada de las tropas comunistas se firmó el ‘Acuerdo de 17 puntos’ que selló la incorporación de la región a la República Popular China.
El aniversario que se celebra ahora recuerda la constitución en 1965 de la Región Autónoma del Tíbet.
Pekín presenta este estatus como un mecanismo para garantizar la participación de las minorías étnicas en la política y la preservación de su identidad cultural, mientras que activistas tibetanos y organizaciones de derechos humanos denuncian que ha derivado en represión, asimilación forzada y restricciones a la libertad religiosa.
Por otra parte, la región sigue siendo de gran importancia estratégica por su posición fronteriza con India, país con el que China mantiene disputas territoriales y donde reside el dalái lama desde 1959.
La llegada de Xi coincide con una visita esta semana del ministro de Exteriores chino, Wang Yi, a Nueva Delhi, donde ambas partes se comprometieron a mejorar sus relaciones tras los choques fronterizos de 2020.
Además, en julio, China comenzó la construcción en territorio tibetano de la que será la presa hidroeléctrica más grande del mundo, un proyecto que ha suscitado preocupación precisamente en vecinos como India y Bangladés. EFE