Pekín, 12 ago (EFE).- El presidente chino, Xi Jinping, mantuvo este martes una conversación telefónica con su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la que condenó el «proteccionismo» después de que Estados Unidos impusiese recientemente aranceles a los productos brasileños.
Xi indicó que «todos los países deben unirse y oponerse firmemente al unilateralismo y al proteccionismo», recoge la Cancillería china en un comunicado.
El mandatario chino aseveró que China «apoya al pueblo brasileño en la defensa de su soberanía nacional y a Brasil en la protección de sus legítimos derechos e intereses», si bien no se refirió explícitamente a los gravámenes estadounidense, agrega el comunicado.
«Las relaciones entre China y Brasil se encuentran en su mejor momento histórico y la armonización de las estrategias de desarrollo de ambos países avanzan con fluidez», aseguró Xi, que añadió que China está «dispuesta a colaborar con Brasil para aprovechar las oportunidades, fortalecer la coordinación y lograr una cooperación más beneficiosa para ambas partes».
Xi agregó que ambos países pueden dar «ejemplo de solidaridad y autosuficiencia entre las principales potencias del ‘Sur Global’ y construir conjuntamente un mundo más justo y un planeta más sostenible».
Por su parte, Lula «informó sobre los recientes avances en las relaciones entre Brasil y Estados Unidos y la postura de principios de Brasil de proteger firmemente su soberanía» durante la llamada, que se produjo a iniciativa del líder sudamericano, según el comunicado del Gobierno chino.
El presidente brasileño «elogió la adhesión de China al multilateralismo, la defensa de las normas de libre comercio y su papel responsable en los asuntos internacionales», de acuerdo con el texto oficial.
Estados Unidos estableció el pasado julio un arancel del 10 % a todos los productos de Brasil y un arancel adicional del 40 % a determinados productos de origen brasileño, tras lo cual Brasil solicitó la apertura de un procedimiento de consultas con Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Según un estudio de la patronal industrial brasileña, los gravámenes podrían provocar una reducción del 0,16 % del PIB de Brasil.
Xi y Lula se reunieron el pasado mayo en Pekín, en el marco de la IV Reunión Ministerial China-CELAC.
En aquella ocasión, Lula aseguró que «China y Brasil están decididos a unirse en contra del unilateralismo y el proteccionismo» y que sus líderes «apoyan el comercio justo basado en reglas».
Desde 2009, China es el mayor socio comercial de Brasil y los intercambios han crecido desde entonces, hasta alcanzar en 2023 un récord de 157.500 millones de dólares, con un superávit favorable al país suramericano de 51.100 millones de dólares, según estadísticas oficiales.
Recientemente, el país asiático aprobó la habilitación de 183 nuevas empresas brasileñas para exportar café al mercado chino, poco después de que Washington anunciase los aranceles contra los bienes del país sudamericano.
Además del plano comercial, China y Brasil han hecho gala en los últimos años de su coordinación en el ámbito geopolítico. Xi y Lula han reiterado en varias reuniones sus peticiones de un alto el fuego en los conflictos de Gaza y Ucrania.
Pese a las buenas relaciones entre ambos países, Xi se ausentó el pasado junio de la cumbre anual del grupo BRICS, del que las dos naciones son socios fundadores, que se celebró en Río de Janeiro.