Barcelona, 23 abr (EFE).- En las entrevistas a los diseñadores de moda nupcial se escucha a menudo la frase: “Cada novia es única”. Un mantra que parece estar pasando de tópico a realidad a juzgar por la percepción desde las firmas de que las novias no quieren ir a la última, sino llevar lo que les gusta, una realidad que les obliga a cubrir todos los estilos.
En la primera Bridal Fashion Week dedicada a la internacionalización y sin los dos gigantes nacionales del sector, Pronovias y Rosa Clará, las veteranas firmas Yolancris e Isabel Sanchís han dado el do de pecho con su artesanía, técnica y variedad de propuestas para las novias de 2026.
“Lo de las modas ya pasó. Estamos en un momento en que como hay tantas marcas, tantas posibilidades, lo mejor que puedes hacer es ser auténtica y no repetir lo que ya hacen los demás”, ha explicado Yolancris a EFE.
La diseñadora bascula en su última colección, ‘Paradoja’, entre dos formas de entender el vestido de novia, el ‘boho’ y el clásico. Dos estilos tan diferentes como compatibles con cualquier novia “sea cual sea su personalidad”.
Isabel Sanchís cuenta asimismo desde la trastienda de la pasarela de la Barcelona Bridal Fashion Week, en Fira Barcelona, que las novias no quieren ir “todas iguales”, por lo que su apuesta por la variedad ha llevado a la casa a confeccionar hasta 45 vestidos de novia distintos.
“No solo es que ya no sea tan importante la tendencia y cada novia quiera ir según su propia personalidad: es que cada vez más no hay uno, sino dos o tres vestidos si hay preboda o bien porque en la fiesta quieren un vestido más especial y que les permita bailar”, ha añadido.
Yolancris apuesta por lo clásico y lo bohemio
En su colección ‘Paradoxe’, Yolancris ha hecho una oda a la dualidad entre los polos opuestos de la tradición e innovación, el ‘boho’ más desacomplejado y la alta costura.
En su rica apuesta para 2026 han convivido tules pintados a mano, mikados de seda, chantilly, encajes de Calais y flores preservadas con sedas, encajes de algodón, croché, plisados y técnicas ancestrales. Toda una lección de patronaje y costura de un equipo tras la firma de modistos que ha salido a saludar al final del desfile junto a la diseñadora.
Yolanda Pérez, veterana de la moda nupcial, ha dicho a EFE este miércoles que quiere enfatizar con sus vestidos la “imperfección perfecta” como “belleza más sincera posible”.
Y en esa línea de sinceridad, Yolancris se ha hecho eco en las pantallas del desfile -con una pasarela de mayor tamaño a la de anteriores ediciones y en formato cuadrado- de un fragmento de entrevista al diseñador japonés Yohji Yamamoto hablando del respeto que tiene la creación de calidad y criticando que la ropa de consumo masivo carezca de ella.
Isabel Sanchís presenta el vestido ‘inteligente’
La firma de Isabel Sanchís y Paula Maiques (su hija), ambas directoras creativas de la firma, ha sido igualmente ecléctica y ha reunido sobre la pasarela piezas en las que encontramos desde vestidos mini con juegos de hebillas, hasta piezas con microplisados manuales rematados con delicados encajes y, claro, vestidos con flores tridimensionales.
Y es que esta temporada han vuelto a apostar por su elemento insignia, la flor, y la han realizado con efecto 3D con proceso artesanal en buena parte de las piezas.
Aunque sin duda la más llamativa es una falda flor con un mecanismo interior invisible motorizado que hace que los pétalos cobren vida al gusto de la novia.
Otras firmas que han desfilado este primer día de Bridal, en el que también se ha colado a través de las rosas de las invitadas la festividad local de Sant Jordi, han sido Joli Poli, The Atelier, Marco&María, Wang Feng y Serina.
Lara Malvesí
