Seúl, 21 abr (EFE).- El expresidente surcoreano Yoon Suk-yeol compareció este lunes por segunda vez ante un tribunal de Seúl en el juicio penal que enfrenta por cargos de insurrección, en una jornada marcada por el interrogatorio al principal testigo militar y la primera difusión pública de imágenes del político sentado en el banquillo de los acusados.

La audiencia, celebrada en la sala 417 del Tribunal Central de Seúl, comenzó a las 10:00 hora local (1:00 GMT). Por primera vez desde el inicio del proceso, el tribunal permitió a la prensa captar imágenes del exmandatario antes de la apertura formal del juicio, citando el “interés público y el derecho a la información”.
Es la segunda comparecencia formal de Yoon tras ser destituido por unanimidad por el Tribunal Constitucional el 4 de abril, que consideró que el mandatario violó la Carta Magna al intentar interferir con una votación legislativa mediante el uso del Ejército, durante su efímera declaración de la ley marcial, el pasado 3 de diciembre.
La primera parte de la sesión de este lunes estuvo centrada en el interrogatorio al coronel Cho Sung-hyun, comandante del Primer Grupo de Defensa del Comando de Defensa de la Capital, por parte de la defensa de Yoon.
Cho reiteró, como en la primera sesión, que la noche de la ley marcial recibió la orden de sacar a la fuerza a los legisladores del Parlamento del entonces comandante de Defensa de la Capital, Lee Jin-woo, y que se la comunicó a sus subordinados.
Sin embargo, ante la insistencia de la defensa, matizó que no fue una orden directa a ejecutar, sino una explicación general del operativo asignado al grupo bajo su mando, según la agencia local de noticias Yonhap.
La defensa de Yoon cuestionó la viabilidad de dicha orden y la consistencia del testimonio, insinuando que Cho podría haber modificado su versión por conveniencia. Cho respondió que, si bien la orden no tenía cabida en una operación militar, sí fue transmitida por su superior.
Frente al tribunal, la audiencia también generó tensiones en la calle. Desde temprano, simpatizantes y detractores de Yoon Suk-yeol se congregaron en los accesos al edificio judicial. Unos exigían su regreso al poder con pancartas que decían “Yoon otra vez”, mientras otros reclamaban su castigo con mensajes como “reencarcelen a Yoon”.
El exmandatario Yoon enfrenta cargos por los que podría ser condenado a cadena perpetua o incluso a la pena de muerte, según establece el Código Penal surcoreano en casos de insurrección.