Alberto Ferreras
Zamora, 13 jun (EFE).- Zamora respira hasta el domingo un ambiente muy especial gracias al festival de música ‘Z! Live’, que en una década ha logrado que la ciudad se transforme a mediados de junio, inundada por camisetas negras de grupos ‘metaleros’ y las melenas al viento típicas de la estética heavy.
De hecho, el festival suma a lo largo de los tres días de celebración unos 30.000 asistentes, la mayoría llegados de fuera, en una ciudad de cerca de 60.000 habitantes, con la inyección económica que eso supone para la provincia más envejecida de España.
«Es un acontecimiento muy importante», ha reconocido el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, que ha abogado por diversificar y apostar por «la generación de empleo a través de la industria musical» con la organización de otros festivales con una filosofía parecida.
El éxito del ‘Z! Live’ logrado en sus diez años de historia se asienta en tres ejes: el renombre internacional de los grupos cabezas de cartel, la apuesta por espacios amplios y bien dimensionados que huyen de la masificación de otros festivales y la simbiosis con una ciudad que acoge con los brazos abiertos a los ‘metaleros’.
Con plumas indias y sin agobios
A los dos primeros aspectos, se ha referido el periodista musical madrileño Rubén G. Herrera, que ha llegado al evento para disfrutar, con un tocado de plumas de indio y como parte de una despedida de soltero.
Herrera ha declarado a EFE que le gusta el poder moverse y tomarse una cerveza en el ‘Z! Live’ sin el agobio de los grandes festivales.
Ha resaltado igualmente el hecho de que el festival se celebre en una pequeña localidad, algo que es «sorprendente y necesario», a la vez que «mágico», ya que ayuda disfrutar más y a la vez contribuye a reactivar la economía.
De más lejos ha llegado Vanesa, que reside en Inglaterra y se ha juntado en el recinto ferial Ifeza de Zamora con una amiga coruñesa y otra zamorana. Ha asegurado que le encanta «esta concentración en la que todos estamos por lo mismo, para disfrutar de la música».
Grupos europeos y americanos
De hecho, a uno de los 27 grupos del festival, los británicos Opensight, que abrirán las actuaciones del sábado, los sigue por Inglaterra y le atraen especialmente, al margen de los cabezas de cartel de este año, como los estadounidenses Dream Theater, la banda sueca Meshuggah, los alemanes Accept o el grupo brasileño Sepultura.
Por poner un aspecto negativo, uno de los organizadores del evento, Andrés Cid, ha lamentado lo que se han encarecido las habitaciones de hotel estos días, que en algunos casos llegan a costar una sola noche más que la entrada a los tres días de festival, aprovechando el tirón del evento.
Por ello, a la oferta hotelera se ha sumado la de acampada de medio millar de asistentes en una isla del río Duero situada a mitad de camino entre el casco urbano y el recinto ferial que acoge el festival.
Una ciudad implicada
Para implicar a la ciudad, como complemento del festival se han programado por las mañanas actuaciones gratuitas de grupos en plazas del centro y del casco antiguo que son seguidas tanto por ‘metaleros’ como por público local.
También se ha tuneado un semáforo del centro de la ciudad para que los muñecos de verde y rojo para los peatones muestren siluetas icónicas del heavy, con sus guitarra y sus melenas.
Heavy y semanasantero
El festival también tiene tirón entre los zamoranos y, aunque el recinto ferial Ifeza se haya transformado estos días en un templo heavy, en él ha estado el que es el presidente de la Junta Pro Semana Santa de Zamora y también fan de este tipo de música, Israel López.
Ha reconocido a EFE que el Z! Live, al que lleva acudiendo varios años junto a su mujer, es «uno de los mejores festivales de España y de Europa, para mí es espectacular».
Por eso, él, que es la cabeza visible de otro de los grandes atractivos turísticos y culturales de la ciudad, ha dejado estos días a un lado su faceta de representante de la Semana Santa zamorana para disfrutar con otro traje procesional: la camiseta negra de su grupo de ‘power metal’ favorito, Blind Guardian.